"Teruel ha sido todo un hallazgo: no lo conocía y me ha encantado"

En la tierra de Goya, Eduardo Noriega (Santander, 1973) se postula para el Goya con ‘Nuestros Amantes’, la nueva creación del director zaragozano Miguel Ángel Lamata.

Mucha luz y pocas sombras: Eduardo Noriega.
Mucha luz y pocas sombras: Eduardo Noriega.
asier alcorta

Viéndole, el calificativo de cuarentón ha dejado de reunir contenido peyorativo...

Ha cambiado mucho la vida. Vivimos más, nos alimentamos mejor, nos cuidamos más... Antes, tener 70 años equivalía a ser un anciano. Ahora, no. Me siento bien con mi edad. Acabo de cumplir 42 años. Es un logro cumplir años, una celebración. Mucho más si significa crecimiento personal.


Pero usted siempre fue jovencito, el pequeñín de la casa.

Soy el menor de seis hermanos, aunque mi padre tuvo un hijo en un matrimonio anterior a conocer a mi madre. Dicen que el pequeño siempre es el más pícaro, el más listo...


Y el más consentido...

La mayor ventaja del pequeño es que se encuentra con el camino desbrozado. Yo he intentado copiar las virtudes que encontré en casa.


También le pegaba bien al fútbol.

Aún sigo jugando, a pesar de la edad... Mi profesor de yoga dice que el fútbol me está echando. Tampoco tengo demasiada suerte con el equipo de mi ciudad, el Racing de Santander.


Iba para abogado, ¿no?

La carrera de Derecho era un deseo de mi madre. Quería algo serio para mí. Pensaba que esto de ser actor no era de gente formal. Me matriculé en la UNED, aunque al segundo examen ya no fui. Acabé en la Escuela de Arte Dramático. Allí me fue mejor. No tenía vocación de abogado, aunque a veces sea necesario desplegar la capacidad de seducción ante el juez o el jurado.


Sobre todo, seducción. Es un auténtico seductor...

Desde luego, aspiro a ser algo más que un seductor.


¿Qué vio en usted Amenábar?

En verdad, no fue él quien me vio. Hizo un castin para un corto. Tuvimos una charla, cada uno leía un fragmento. Amenábar decía que no me veía... Estaba por allí Carlos Montero y me ofreció la posibilidad de hacer un corto. Después de verlo, Amenábar apostó por mí. Luego llegó ‘Abre los ojos’.


Película con la que acarició la gloria de los Goya.

Lo tenía muy difícil. Lo ganó Fernando Fernán Gómez. Y cuando me volvieron a nominar, con ‘El Lobo’, lo ganó Javier Bardem.


Qué mala pata, oiga...

Siempre hay tiempo...


También se sabe expresar en el escenario, en el teatro.

Me expreso menos veces de las que quisiera. Apenas ‘La Celestina’ en el Festival de Almagro. Y eso que mi formación y preparación es teatral; pero el cine lleva al cine. En octubre voy a hacer ‘La Sonata del Silencio’ para televisión.


Ahora la están liado buena con Miguel Ángel Lamata en ‘Nuestros Amantes’...

Me llamó Lamata y me gustó la idea. Lamata es un director con muchísimo talento, apasionado en su trabajo. Estoy encantado con el proceso que estamos llevando. Va a ser la primera de una lista de trabajos juntos. Nos entendemos muy bien.


¿También se entiende bien con Michelle Jenner?

Es muy complicado entenderse mal con Michelle Jenner...


Esperaba esa respuesta...

¿Para qué la pregunta entonces...?


Me ha pillado... Además, han rodado en las tres provincias aragonesas.

Está siendo precioso. Conocía el Pirineo. Vine en el año 2000 a rodar ‘Guerreros’. Ayer –por anteayer– estuvimos en Teruel. Ha sido todo un hallazgo. No lo conocía y me ha encantado. Ya se rodó en Zaragoza, pero ahora estamos otra vez. Conocía Zaragoza. He venido bastante con Luis Alegre y a ver algún partido del Racing.


El rodaje comenzó al anochecer y terminará al amanecer en Zaragoza. ¿Qué ha cenado?

Nada.


¿No tiene hambre o qué?

No. Es que en la secuencia tengo que comer un perrito caliente y, como lo tenga que repetir, igual me como 20 perritos calientes... A los actores no nos gusta comer en escena. ¡Espero que no tenga que repetir la escena 20 veces!

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