Un juzgado de Zaragoza remite a Madrid una denuncia contra Kiko Rivera por amenazas
Un examigo de Paquirrín asegura que al reclamarle una deuda este le dijo que conocía gente que podía darle una paliza.
Según ha podido saber este periódico, los hechos descritos en la mencionada denuncia habrían tenido lugar en Madrid, de ahí que la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la capital aragonesa decidiera inhibirse y remitir las diligencias al Juzgado Decano de esta ciudad. Al parecer, nada sabía el interesado, L. D. R., de esta circunstancia, por lo que hoy tenía intención de acudir con urgencia a la plaza de Castilla para pedir información y evitar que su causa prescriba.
El denunciante confiesa que tenía una gran amistad con el ahora pinchadiscos Kiko Rivera ha sido anunciado en los últimos años en distintos escenarios durante las Fiestas del Pilar, hasta el punto de que el hijo de la cantante Isabel Pantoja le llamaba "hermano" y le invitaba a las fiestas que habitualmente organizaba en su casa de Madrid.
"Cuando ibas acompañado de Kiko, te abrían todas las puertas. Te ponían la alfombra roja en las discotecas y te metían directamente a la zona VIP, donde pedías lo que querías y no pagabas absolutamente nada", reconoce el denunciante. Sin embargo, parece que las fiestas privadas que se organizaban en el céntrico loft del artista tenían un alto presupuesto y eran los amigos quienes terminaban costeándolas.
Según el denunciante, su amistad se quebró cuando intentó que Kiko Rivera le pagara el dinero que le adeudaba por estos saraos: "Me debía 7.000 euros de las fiestas y otros 3.000 que le había prestado en efectivo de una vez que me dijo que andaba bastante tieso", mantiene este vecino de la capital aragonesa. "Después de mucho insistirle sin que me cogiera el teléfono, Kiko me llamó para invitarme a su fiesta de cumpleaños y para decirme que me iba a devolver el dinero. Pero lo único que me dio al llegar a la discoteca fueron 500 euros", asegura.
La presunta víctima no ha tenido ocasión de prestar declaración todavía en el juzgado, ya que ni el de Zaragoza, antes de inhibirse, ni el de Madrid, que ahora instruye el asunto, le han llamado. Preguntado por las pruebas que tiene para demostrar las supuestas amenazas, este reconoce que no conserva los mensajes en su teléfono móvil pero que tiene varios testigos que las presenciaron y que están dispuestos a declarar ante el juez.