Paulita, herido en el cuello en la primera de feria de Azpeitia
La cogida le afectó a la carótida, pero el pitón no llegó a penetrar. Tras ser intervenido quirúrgicamente, pasó a planta.
A última hora de ayer, fue intervenido quirúrgicamente para limpiar el pitonazo que afectó a la carótida, afortunadamente, sin llegar a penetrar el pitón en la carne. Ante los mareos sufridos por el torero se optó por dejarlo en observación durante al menos 24 horas. Paulita, acompañado por su apoderado y amigo personal Javier Ferrando, permaneció consciente hasta su entrada al quirófano.
Antes, había recibido con unas buenas verónicas un toro enrazado, pero falto de fuerzas. El toro se desplazó mejor por el pitón izquierdo, por donde el aragonés se gustó en muletazos templados y ligados. El toro se orientó a la hora de matar y, tras un pinchazo y una estocada, lanzó un tremendo derrote a la cara del torero produciéndole una aparatosa sangría que asustó al público, que se temió lo peor.
Pérez Mota toreó a gusto, despacio y muy vertical al segundo, el mejor de los seis. La muleta fue siempre por delante sin que sufriera ningún enganchón. Las tandas, ligadas, uniformes sin enganchones. Faena pulcra, medida y rubricada con una estocada que quedó trasera. Una oreja con petición de la segunda. Con el cuarto, que mató por la baja de Paulita, estuvo muy habilidoso sacando a relucir todo su repertorio, con muchos recursos. El toro, correoso, buscó al torero en un palmo de terreno. Al final la cornada, calificada de menos grave, es de tres trayectorias de ocho, cinco y cuatro centímetros en el muslo derecho. También fue ingresado en el Hospital Universitario Donostia.