Vettel se impone en el caos

El alemán aprovechó la peor cara de los Mercedes y ganó una carrera trepidante en Hungaroring. Alonso amarró un quinto puesto tras la salida de un ‘safety car’.

Sebastian Vettel cruza la meta de Hungaroring en primer lugar, señalando al cielo.
Sebastian Vettel cruza la meta de Hungaroring en primer lugar, señalando al cielo.
Tamas Kovacs/EFE

Aunque el Gran Premio de Hungría empezó con un minuto de silencio en homenaje a Jules Bianchi, el mejor recuerdo que pudieron dedicarle al piloto francés fue una de las carreras más emocionantes y más caóticas de los últimos tiempos. Sebastian Vettel consumó una de sus carreras más completas con otros dos pilotos de la cantera de Milton Keynes acompañándole en la ceremonia de trofeos: Daniil Kvyat, que consiguió su primer podio en la Fórmula 1, y Daniel Ricciardo, que sobrevivió a las embestidas –literales– de Lewis Hamilton y de Nico Rosberg.


La carrera fue un absoluto fiasco para Mercedes, y ya desde la primera curva se vio que no iba a ser su día. Sebastian Vettel pasó como una exhalación a Hamilton y Rosberg, que después sucumbieron con Kimi Raikkonen. Pero la crisis de las flechas plateadas no acabó ahí: Nico Rosberg se cruzó en la trazada de Lewis Hamilton, el campeón se fue por el sembrado y, tras esquivar por poco la escapatoria, se fue al fondo de la parrilla. Desde ese momento, el británico se puso entre ceja y ceja una remontada en un circuito donde apenas se podía adelantar.


Mientras Hamilton intentaba remontar, Rosberg cazar a los Ferrari y Vettel llevarse su segunda victoria de la temporada, por detrás Carlos Sainz y Fernando Alonso empezaron a tirar uno del otro. Primero el de McLaren, después el de Toro Rosso, pero sin toques. En la primera parada en boxes, no obstante, la pelea se descafeinó. Sainz perdió tres segundos cuando estaba intentando frenar el ‘undercut’ de su compañero Max Verstappen, y no sólo perdió la plaza con Alonso, sino con el propio holandés. El enfado de Sainz tras la carrera fue notable. Aunque luego los dos españoles volvieron a encontrarse en pista, la pelea tampoco tuvo mucho tiempo de verse en el asfalto: primero porque Alonso paró en boxes por un inoportuno pinchazo, y después porque nuevamente la mecánica dejó fuera a Sainz.

Un alerón que lo cambió todo

Sin Sainz, la pelea de Alonso fue con el propio Verstappen. El holandés empezó a tirar hacia adelante, con el asturiano a rueda, hasta que un abrupto incidente cambió todo: Nico Hulkenberg se veía obligado a abandonar por primera vez este año porque se le descolgó su alerón delantero, que acabó desintegrado.


El pertinente coche de seguridad obligó a todos a reagruparse, lo que benefició en principio a un Kimi Raikkonen, segundo, que se había quedado sin motor. El doblete de Ferrari se esfumó pronto, en cuanto se reanudó la prueba, ya que los problemas de potencia del monoplaza del finlandés le obligaron a decir adiós.


Kimi no fue la única víctima tras la resalida de la carrera. Primero Hamilton fue penalizado, cuando estaba a punto de atacar a Rosberg, por tocar a Ricciardo. Después, otra vez con Ricciardo como víctima, el propio Rosberg se tocó con el Red Bull y pinchó. Adiós al podio para él también.


Al final, casi sin saber cómo, Fernando Alonso se encontró entrando en meta quinto, con un Max Verstappen soberbio en cuarta plaza. La épica victoria de Vettel culminó en un emotivo mensaje por radio dedicado a Bianchi, del que dijo que no tenía dudas de que "tarde o temprano" acabaría en la familia de Maranello. El podio más improbable del año acabó con Vettel, Kvyat y Ricciardo y los Mercedes en sexta y octava plaza. Por su parte, Roberto Merhi realizó la mejor carrera de la temporada y finalizó en penúltima posición por delante de su compañero Stevens.

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