Hemos pactado una consejería transversal porque queríamos ser corresponsables del conjunto de la acción de Gobierno. También es una consejería abiertamente social, porque la vivienda es un derecho social básico y vamos a hacer todo lo posible para garantizarlo. E intentaremos que haya inversión en infraestructuras porque es una buena forma de estimular la economía desde lo público, además de reclamar al Estado las obras que Aragón necesita.

¿Tiene margen para hacer algo?

Seguro, pero la prioridad absoluta son los derechos sociales. Hay que construir todo lo que destruyó el anterior Gobierno.

¿Y tendrá partidas específicas de inversión en 2016?

Estoy convencido. Arreglar las carreteras es necesario y una buena forma de vertebrar el territorio y generar empleo en el medio rural.

Se ha convertido en el consejero de los gestos. Los ha tenido con el Canfranc, con Stop Desahucios o con los desdoblamientos. ¿Cuándo tomará medidas que cambien la situación?

La primera obligación que tenemos es escuchar y nuestra intención es impulsar la participación. Ahora estamos tomando conciencia de la situación y tomamos medidas. No solo son gestos.

Desdoblamientos, pasos fronterizos, eje cantábrico-mediterráneo… Las grandes infraestructuras que necesita Aragón dependen del Estado y sus predecesores las exigieron sin mucho éxito. ¿Cómo piensa lograrlo?

La diferencia sustancial es que por primera vez hay un gobierno con sensibilidad aragonesista que está exigiendo de verdad que funcionen los mecanismos de bilaterales con el Estado. Ya ha habido un cambio sustancial, porque no puede ser que se llegue a las reuniones de forma obediente y sumisa.

Por cierto, ¿le ha contestado la ministra a su solicitud de entrevista para hablar de las inversiones estatales prioritarias para Aragón en 2016?

No me han contestado ni el secretario de Estado ni la ministra.

¿Y de verdad cree que le harán caso en Madrid?

No voy a parar hasta que me hagan caso e inviertan en Aragón. Que haya un aragonesista al frente de un departamento que tiene muchísimo que decir frente al Gobierno central es importantísimo.

Tenemos la segunda peor red autonómica de carreteras. ¿Habrá dinero para arreglarla o solo para la emergencia social?

Habrá que priorizar mucho más las necesidades, pero habrá dinero para lo más urgente.

El sector de la obra pública está en una situación crítica y con el modelo de pliegos del PP se llevaron todos los contratos de conservación empresas catalanas. ¿Piensa tomar medidas?

Nos reunimos con el sector la semana que viene para escucharles. La intención es estudiar con ellos las posibilidades legales para que esa situación se revierta y empresas aragonesas que crean empleo y pagan sus impuestos en Aragón puedan acceder con mayor facilidad a los contratos. Dentro de la legalidad, por supuesto.

¿Mantendrá la subvención a las líneas aéreas? Acuérdese que cuando el Ayuntamiento dejó de cofinanciar, Ryanair dio un hachazo a su oferta de vuelos.

Es necesario impulsar el aeropuerto. Habrá que estudiar las disponibilidades presupuestarias, pero la intención es mantenerlas.

Usted dijo que no quería ser el pagafantas de Renfe, pero sin dinero de la DGA habrá recorte. ¿Tiene una fórmula mágica?

Queremos reunirnos con Renfe a la mayor brevedad posible. Hay que cambiar el modelo de relación sumisa con el Estado. No puede ser que suframos un modelo de financiación injusto e insuficiente para prestar los servicios sociales y encima tengamos que detraer recursos para cuestiones de competencia estatal. Hay que hablar de tú a tú. Lo vamos a intentar y, aunque nunca voy a prometer resultados, sí trabajo y actitudes.

Cientos de personas están en lista de espera para un pisos social y todas las semanas hay desahucios. ¿Tendrá presupuesto para actuar más allá de los gestos?

En los pocos días que llevamos se han parado varios, pero no vamos a poder evitarlos todos. Hay que decir las cosas claras. El problema es que, en muchos casos, están en situación tan precaria el propietario que no cobra su renta como el inquilino que no puede pagarla.

¿De qué forma le hará frente?

Aumentar de una forma sustancial la bolsa de vivienda de alquiler social. Vamos a pedir un especial esfuerzo económico al conjunto del Gobierno, porque una persona sin vivienda digna es imposible que disfrute del resto de derechos.

¿En cuánto lo cuantifica?

En septiembre empezaremos a intentar conseguir más viviendas a través de una programa muy ambicioso que ahora estamos diseñando y, al tiempo, empezar a trabajar en un decreto aragonés. El primer paso es que el parque de la DGA se ponga al servicio de la política social de la vivienda, al igual que las de otras administraciones. El segundo lugar, hablaremos con los bancos y con la Sareb. Y por último, queremos hacer una campaña para mentalizar a la ciudadanía de la labor social que puede hacer cediendo viviendas a cambio de seguridad en el cobro.

Plaza depende de su consejería. ¿Va a parar en seco la investigación que afecta a sus socios?

Desde Presidencia se está estudiando la racionalización del sector empresarial y por eso, hasta el momento, no se han asignado empresas a ningún departamento.

¿Se sacude el marrón?

No me sacudo el marrón, es que en ningún sitio se ha dicho que Plaza dependa de mi consejería.

Pero siempre ha sido así.

Es muy posible que dependa, pero... ¿cuál era la pregunta?

Si parará en seco la investigación.

En absoluto.

¿Y qué hará si se ve salpicado algún dirigente socialista?

En la comisión de investigación de Plaza, de la que fui ponente en las Cortes, formulamos una de las conclusiones más duras. Reprobamos con nombres y apellidos a los que consideramos que tenían una responsabilidad política. Entre ellos, mis antecesores del PSOE. A Chunta jamás le tiembla el pulso con el mal uso del dinero público y esto no va a cambiar porque estemos en el gobierno. Al revés.

El denunciante del caso es alcalde de Lobera de Onsella por CHA. ¿La situación le incomoda?

¿Por qué? En absoluto. Tengo muy buena relación con él desde el momento en que se cerró la comisión de investigación de Plaza. Hasta entonces, consideraba que no debía tener relación.

CHA tiene 29 años de vida y entra ahora a formar parte de un gobierno en su peor momento. ¿Es una apuesta a todo o nada?

Es un ejercicio de responsabilidad y madurez política. Merece la pena asumir riesgos si gracias a nuestro trabajo hacemos que la gente sea un poco más feliz, que es para lo que estamos en política.

No comparten con el PSOE cuestiones básicas, como la política hidráulica o el modelo de la nieve. ¿Han pactado las discrepancias con sus socios?

Hemos pactado que nos respetamos absolutamente las discrepancias. El primer paso ha sido reconocer que existen y dejar muy claro que, en las Cortes, seguro que habrá votaciones en las que los diputados de CHA y PSOE voten diferente. Yno pasará nada ni se debilitará el Gobierno. También me permito corregirle que la discrepancia en el sector de la nieve es respecto a determinados proyectos insostenibles. La semana que viene tendremos un encuentro en Jaca con el sector de la nieve para transmitirles que lo consideramos un sector estratégico.

Pero no están de acuerdo con la unión de estaciones.

Lo único que hay ahora mismo es un papelico publicado en el BOA. No hay más. Fue una campaña publicitaria del anterior Gobierno.

No llevan ni dos semanas en el Gobierno y ya han tenido una bronca con Podemos, del que depende el Gobierno PSOE-CHA para tener mayoría en el Parlamento. ¿Estamos condenados a la inestabilidad?

Hablamos de la posibilidad de que CHA e IU tengan, como corresponde en una democracia, voz propia en el Parlamento. Parece que el adversario para Podemos no sea la derecha, sino la izquierda y que el objetivo es arrasarla. Es un error estratégico muy grave y aún confío en que se imponga el sentido común y se permita que todos los partidos tengamos voz, como ha ocurrido en Navarra. Allí sí ha apoyado que el PP tenga grupo parlamentario con dos diputados, los mismos que Chunta.

¿Pero cree que estamos condenados a la inestabilidad?

No afecta al Gobierno, sino a unos partidos. Aragón es el país que inventó los pactos, por lo que asumir que en las Cortes se va a pactar muchísimo no es un problema sino una oportunidad.