El Ministerio de Cultura adjudica las obras de restauración del retablo de Ibdes
Los trabajos costarán unos 400.000 euros y podrían comenzar tras el verano.
Hasta 14 empresas concurrieron al concurso convocado por el Ministerio a través de la Dirección General de Bienes Culturales. El responsable del Secretariado de patrimonio artístico religioso de la diócesis de Tarazona explica que entre las condiciones de contratación figuraba que, durante el tiempo en el que se prolongue la intervención, se deberá contar con al menos ocho restauradores. Jesús Vicente Bueno Santed comenta además que se especificaba que para la parte de las sargas o puertas pintadas de Pietro Morone que cierran el retablo se podrá contar con cuatro profesionales.
Hace unos cuatro años se llevó a cabo una actuación de fijación y estabilización de la policromía en distintas piezas del retablo que formaron parte de la exposición de la Diputación Provincial de Zaragoza Joyas de un patrimonio. Entonces se aprovechó para hacer una limpieza. La DPZ financió íntegramente esos trabajos y realizó además un proyecto para determinar las necesidades de conservación y restauración que presentaba esta obra. No obstante, la rehabilitación que se inicie ahora se hará en base al proyecto del Ministerio.
Ahí la huella del artista Morone quedó impresa con enorme colorido, en la representación del Juicio Final. El autor terminó su obra en 1565 y es una de las pocas de estas características que se conservan. En la Comunidad de Calatayud llaman la atención también las sargas de la iglesia de Paracuellos de Jiloca, del mismo creador.
El alcalde de Ibdes cree que la restauración que en poco tiempo se inicie en el retablo de su municipio ayudará a atraer visitantes al templo, que ya se abre todos los sábados a los turistas, muchos de ellos alojados en los establecimientos termales. Ibdes está al lado de Jaraba, del embalse de La Tranquera y próximo a Alhama de Aragón y al monasterio de Piedra. Hace un año se abrieron unas visitas guiadas todos los sábados a las 17.00. Incluyen un recorrido por la llamada gruta de las Maravillas y la iglesia, y se acaba con una cata de vino en la bodega del municipio.