España es el ejemplo a seguir en la UE, pero continuará fuera de su cúpula hasta 2018
La amarga derrota para lograr el Eurogrupo ha evidenciado que la cuarta potencia del euro no logra ganar terreno tras perder en 2012 el sillón del BCE.
España perdió frente a Holanda por varios factores: la mala suerte de coincidir con la crisis griega, la minoría que el PP europeo tiene en el consejo de ministros de Finanzas y una estrategia diplomática plagada de errores, como intentar quitarle la silla a Dijsselbloem antes de tiempo usando a Angela Merkel o el órdago de Luis de Guindos diciendo que ya no sería ministro la próxima legislatura cuando hay una ley no escrita que dice que para ocupar la presidencia del Eurogrupo tienes que serlo.
Ahora poco importa si fueron Grecia o Francia los que inclinaron la balanza a favor de Dijsselbloem. La realidad, siempre tozuda, dice que no existen vacantes de relevancia en la cúpula económica de la UE hasta al menos octubre de 2017, cuando el alemán Klaus Regling termina su mandato al frente del cada vez más importante fondo de rescate de la Eurozona (MEDE). Un instrumento que, según la hoja de ruta de la gobernanza del euro (informe de los cinco presidentes), está llamado a ser una suerte de FMI europeo. Sin embargo, España aún le adeuda 36.000 millones del préstamo recibido en 2012, así que esta opción es bastante improbable.
Que España, la cuarta gran potencia del euro y la quinta de la UE, está infrarrepresentada en la cúpula económica es algo que reconoce hasta el mayor enemigo del país. En Bruselas es un clamor, de ahí que haya escocido y sorprendido tanto lo ocurrido en el Eurogrupo. Una derrota que pese a todo no ocultan los muchos elogios que está recibiendo Rajoy por su gestión de la crisis y su agenda reformista. "Es el ejemplo a seguir", insisten. Así podrá comprobarse el 21 y 22 de octubre en Madrid, donde los grandes líderes comunitarios como el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el de la Comisión, Jean-Claude Juncker, o la canciller de Alemania, Angela Merkel, participarán en el congreso anual del PP europeo para avalar la candidatura de Rajoy a unas semanas de las elecciones.
¿Por qué se ha llegado a esta situación? La respuesta la dio el propio Cañete en una reciente entrevista: "En Europa, el respeto se gana todos los días y durante la crisis, España perdió mucho peso político". ¿Y ahora, qué? El gran reto siempre se ha llamado recuperar uno de los seis sillones del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, ese puesto que el país perdió en el maldito verano de 2012, el del rescate. La coincidencia quiso que José Manuel González-Páramo terminase por aquel entonces su mandato y entonces, el resto de potencias decidieron que la vacante debía cubrirla Luxemburgo