La frecuencia de los autobuses se resiente por los recortes estivales y los desvíos por las obras

El Ayuntamiento convocará en septiembre una mesa del transporte público para atajar estos problemas.

Dos autobuses se cruzan ayer por la tarde en la plaza de España, por donde pasan media docena de líneas.
Dos autobuses se cruzan ayer por la tarde en la plaza de España, por donde pasan media docena de líneas.
francisco jiménez

Coger el autobús urbano en verano puede convertirse en toda una odisea. A la incómoda caída del servicio (hasta un 20% de recorte respecto a los horarios de invierno) hay que sumar las muchas obras que se llevan a cabo de forma simultánea en la ciudad, que están complicando que los buses puedan cumplir con sus cuadros de marcha y, en consecuencia, que los sufridos usuarios tengan que esperar más minutos bajo las marquesinas aguantando la ola de calor.


El pasado día 17 concluyeron los refuerzos que el Ayuntamiento había concedido a las líneas con más demanda (24, 32, 33 y 39) y, desde entonces, las quejas de los viajeros por los incumplimientos de frecuencias se han multiplicado. Además, las zanjas en la calle del Carmen, en Corona de Aragón, en el paseo de Pamplona, en Alcalde Caballero o en Valle de Broto obligan a los vehículos a asumir desvíos que retrasan aún más su paso por los terminales.


Ayer el comité de empresa de Auzsa hizo llegar a la concejal Teresa Artigas un estudio propio del control de frecuencias de todas las líneas en el que aseguran que de 829 expediciones analizadas, 287 registraron incumplimientos graves y otras 341, leves. Tan solo el 24% de los buses cumplieron con las frecuencias que aparecen en las paradas y en la web de Auzsa, por lo que los trabajadores vuelven a solicitar que se revisen los horarios de recorridos para que estos se adapten a la realidad. Además, denuncian que, aunque el Consistorio tiene "las herramientas informáticas y humanas necesarias" para controlar las frecuencias, "o nos las usan o no lo hacen correctamente". Se refieren al recién implantado sistema SAE (Servicio de Ayuda a la Explotación), que permite –incluso– conocer en tiempo real si están en la calle todos los buses que tienen que estar, si han salido a su hora, si se solapan dos vehículos que van desacompasados... Esta herramienta no ha impedido que en las últimas semanas se hayan registrado reclamaciones por el mal funcionamiento de líneas como la 30 o la 39, que resultan fundamentales para la movilidad de barrios como Las Fuentes o Torrero, respectivamente.


La concejal de Movilidad, Teresa Artigas, anunció el miércoles en la comisión de Urbanismo y Sostenibilidad que en septiembre convocará a técnicos municipales, vecinos, empresas y trabajadores del autobús y del tranvía para poner en marcha una mesa del transporte público. En ella se analizarán los problemas con lo que se topan los zaragozanos en sus rutinas de movilidad y Artigas reconoció que "se estudiarán a fondo las quejas que existen con los tiempos y las frecuencias de los buses". Ya hace unos días la nueva responsable del ramo se reunió con las concesionarias del bus, del tranvía y los vecinos del sur de la ciudad para analizar la descoordinación de las lanzaderas de Rosales del Canal, Valdespartera, la Fuente de la Junquera o Arcosur.

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