La clave del éxito de la última campaña de excavaciones arqueológicas en Uncastillo es, según el director de los trabajos, Javier Andreu, "el entusiasmo". "El yacimiento ha ayudado porque ha dado materiales muy importantes, pero la clave es el entusiasmo de todo el equipo. Además, es un proyecto muy universitario, que pone el acento en la formación, que también quiere ser de desarrollo rural y que, por último, es comarcal y no solo de Uncastillo". La campaña concluyó ayer, y el equipo lo dejó todo listo para que mañana, a partir de las 10.30, se celebre la tradicional jornada de puertas abiertas con la que se cierra. Será la séptima en los últimos años, e incluirá visita guiada y detallada a las excavaciones en curso y a las inscripciones romanas descubiertas en las últimas semanas, talleres monetales y lapidarios, tiendas de recuerdos y juegos romanos para niños y adultos, entre otras actividades.

La campaña comenzó el 4 de mayo y ha tenido dos fases, una primera que se desarrolló principalmente en un lateral del foro; y la segunda, a partir del 28 de junio, en la que se incorporaron también un grupo de estudiantes y que se ha ocupado además de la zona donde el año pasado aparecieron numerosos fragmentos de estatuas. Los principales hallazgos se han dado durante la primera fase, en la que aparecieron cuatro inscripciones romanas en muy buen estado.

"Hay pocos foros romanos que tengan un criptopórtico tan bien conservado como el de Los Bañales –señala Javier Andreu, que dirige los trabajos junto a Juan José Bienés–. Es un edificio de casi 35 metros de largo por 12 de ancho, que cerraba el foro por uno de sus lados. Los materiales que hemos encontrado en el criptopórtico, entre los que se incluye una moneda que aún tenemos que limpiar y estudiar, nos van a permitir conocer cuándo fue el final de la ciudad".

A mediados del siglo III después de Cristo, la ciudad de Los Bañales estaba prácticamente en ruinas. ¿Por qué? "En esa época muchos municipios romanos no eran sostenibles, y eso se ve en muchas ciudades, que se colapsaron y en las que se quedaron algunos edificios públicos sin terminar –señala Andreu–. Creo que la crisis económica que siguió al reinado de Marco Aurelio, y en la que las élites disminuyeron drásticamente sus inversiones, influyeron notablemente en este fenómeno. También hay especialistas que lo atribuyen a la peste de época antonina que diezmó la población. Habría que pensar en causas propias de Los Bañales, como podría ser la deforestación. En cualquier caso, si en la zona monumental no hay vestigios de ocupación más allá del siglo III, en la parte alta del yacimiento la hubo hasta el VIII".

A finales de septiembre se ha organizado un coloquio en el que varios especialistas abordarán precisamente ese tema, la crisis de las ciudades en esta época histórica.

Para el año que viene, el equipo de trabajo tiene pendiente terminar de excavar una zona de tabernas y también poner en valor la zona del criptopórtico, instalando en ella réplicas de gran calidad de las inscripciones encontradas este año. Además, se pretende extender la excavación en la zona norte del foro.

"Desde un punto de vista más estratégico –añade el director científico del proyecto–, creemos que ya ha llegado el momento de crear un centro temático que explique la historia de Los Bañales. El visitante ya puede acercarse al sistema hidráulico de la ciudad, con la presa, el acueducto, las termas... No han aparecido vestigios de un templo, pero se puede ver el constraste entre los restos arqueológicos del poder y los de la vida cotidiana. También creemos que, además de Uncastillo, habría que crear pequeños centros de interpretación en Sádaba, Biota, Layana...".

Los trabajos de este año en la ciudad romana han sido posibles gracias a la Fundación Uncastillo, la comarca de las Cinco Villas, la Fundación ACS, General Eólica Aragonesa y los consistorios de Layana, Uncastillo, Sádaba y Biota.