Fin a tres años deliciosos de Llompart

El base que ha dirigido las últimas temporadas al CAI no continuará en el conjunto que gestiona Joaquín Ruiz.

Joaquín Ruiz dialoga con Pedro Llompart durante el curso pasado.
Joaquín Ruiz dialoga con Pedro Llompart durante el curso pasado.
asier alcorta

Golpe de timón en el CAI. Pedro Llompart, portador de la brújula de la nave aragonesa en las tres últimas travesías, no seguirá el próximo curso en Zaragoza. La entidad aragonesa disfrutaba de una opción de renovación, derecho al que renunció. Reynaldo Benito no firma lo que no puede pagar. Por eso sobrevive el CAI en medio del sumidero económico de la ACB. Se va con mejores ofertas económicas encima de la mesa un base mesurado, hábil negociador de tormentas en el mar de la ACB y en el océano europeo. No lo olvidará la marea roja, esa afición aragonesa que ha visto crecer exponencialmente a su equipo en las tres últimas temporadas. Que nadie olvide que el rumbo de este brillante periodo lo marcó Llompart.

A Llompart lo define la trayectoria que deja tras de sí: la del fabricador de un juego identificable, definitorio del CAI, el baloncesto elaborado en los tres últimos cursos. Además de criterio en la gestión de la pelota, su etapa en Zaragoza destila datos reveladores: 109 partidos ACB, líder histórico en asistencias (397) y segundo en el medidor de minutos (2.568).

Señor en la pista, como tal también se comportó ayer en el momento del adiós. "Quiero dar las gracias al CAI Zaragoza por el excelente trato que me ha dado siempre, tanto a mí como a mi familia, desde el primer día. Nos habéis hecho sentir como en casa", señaló Llompart en una carta abierta redactada ayer.

"Gracias a Reynaldo Benito, a todos los trabajadores de las oficinas, a todo el cuerpo técnico, a mis compañeros y amigos, a los dos entrenadores que he tenido, porque siempre me han dado un papel relevante y he aprendido mucho de ellos –continuaba la misiva–. Especialmente a José Luis Abós, quien apostó por mi llegada al club y quien ha sido para mí ejemplo de serenidad, trabajo y humildad. ¡Gracias a todos!".

"Y cómo no, mi agradecimiento de todo corazón a la marea roja. Todo el mundo habla de la exigencia de Zaragoza y eso crea algo de incertidumbre. Todo lo contrario. Desde el primer día, esa incertidumbre quedó en el olvido ya que siempre he recibido un cariño espectacular y me he sentido totalmente respaldado por vosotros. Nunca hubiese imaginado ser tan querido por la afición. Me marcho feliz por lo vivido, por las personas que he conocido, por los amigos que he hecho, por el cariño recibido, con un hijo maño y con una familia totalmente caísta", concluyó Llompart.

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