Más población, pero también más dispersa y con los barrios más tradicionales perdiendo vecinos de un modo sostenido durante los últimos años. El mapa que dibuja la evolución del padrón municipal de Zaragoza constata el comentario tanta veces oído de que la expansión de las ciudades tiende a expulsar a parte de sus vecinos de los distritos más consolidados. Un panorama que si bien en la capital aragonesa tiene sus excepciones, también se ha dejado notar.

Desde el comienzo de la crisis en el año 2008 Zaragoza ha ganado más de 19.000 habitantes. La llegada de población inmigrante mantenida hasta 2011 y la expansión de los nuevos barrios del sur auparon el crecimiento de la ciudad en los años posteriores a la Expo, que, sin embargo, no ha llegado de igual forma para algunos de los distritos históricos de la ciudad.

Barrios como Delicias, el distrito Centro, La Almozara, Universidad, Las Fuentes o San José han ido perdiendo progresivamente vecinos año tras año. Un goteo de bajas en su censo que comenzó a dejarse notar en el año 2010, y que puesto en perspectiva arroja una salida de más de 17.000 personas de estas zonas.

La contrapartida la aporta, como no, el distrito de Casablanca, donde los nuevos barrios de Rosales del Canal, Valdespartera y Arcosur han aupado su censo hasta el doble de vecinos, con más de 41.400 residentes. A esto se suma además otras zonas que han continuado con su expansión, como el Arrabal (que ha ganado 2.000 vecinos hasta los 78.500), Santa Isabel (1.500 más) y el crecimiento sostenido que han mantenido el Actur (que sigue bordeando los 60.000 habitantes), Torrero, Miralbueno u Oliver.

Las Delicias, que sigue siendo con diferencia el distrito más poblado de la ciudad, es el que más ha notado este trasvase de población. Mientras en 2008 el barrio superaba la cifra de 115.400 vecinos, en la actualidad su número se ha reducido hasta los 110.745 según los últimos datos del padrón municipal. De Delicias salieron buena parte de los nuevos pobladores de los barrios del sur. Un fenómeno que ya ha dejado su huella en el barrio, considerado desde hace años una de las zonas más delicadas en el apartado urbanístico por la gran acumulación de edificios antiguos y poco adaptados.

“La problemática en el barrio es continuada y no solo ha afectado a la población joven, sino también a los mayores que han tenido que mudarse porque buena parte de los edificios no cuentan con ascensor o no están adaptados”, señala José Luis Zúñiga, presidente de la Asociación de Vecinos Manuel Viola.

Esta salida hacia los barrios del sur de la ciudad, junto con el envejecimiento general, ha provocado que la población en Delicias entre 25 y 40 años haya sido la que más ha descendido, pasando de representar la franja de edad correspondiente de 28.429 personas en 2008 a 23.851 a comienzos de este año. Por contra, la población inmigrante, que ha descendido en más de 8.000 vecinos en los últimos cuatro años en toda la capital, no ha hecho lo mismo en el superpoblado distrito. Es más, ha seguido aumentando hasta superar los 25.000 vecinos extranjeros.

“Se ha ido población extranjera pero han seguido viniendo. Ahora por ejemplo la comunidad china es la segunda por detrás de la rumana, mientras que han sido los ecuatorianos los que más han salido en estos años de crisis”, explican desde la Asociación. Con esto, el paisaje de Delicias es claro: mientras en el conjunto de Zaragoza la población extranjera supone el 14% del total, en este barrio la cifra asciende casi hasta el 23%.El nuevo Gobierno municipal apuesta por focalizar los esfuerzos en los barrios consolidados

Así las cosas, el reflejo que marca Delicias preocupa ahora que se extienda también a otros barrios. Falta de apoyo para la integración, envejecimiento progresivo de sus habitantes, o desperfectos urbanísticos. “Todos los barrios antiguos han perdido mucha vida por la crisis. El comercio de cercanía ha sufrido un daño importantísimo, los edificios cada vez son más antiguos y los servicios también se han visto resentidos”, señala Nieves Boj, presidenta de la Federación de Barrios y residente en Las Fuentes, otro barrio que también ha perdido cerca de 2.200 vecinos desde 2008.

“La expansión y los mejores precios de los nuevos pisos del sur trasladaron a mucha población. Nosotros ya avisamos que esto se debería haber hecho teniendo en cuenta la nueva necesidad de recursos que iba a suponer extender la ciudad, y que la verdadera apuesta se debería haber hecho en los barrios existentes”, explica la presidenta, quien recalca que ahora hay que atender la rehabilitación de las zonas más envejecidas asegurando también los servicios a los vecinos de los nuevos barrios.

A este respecto, encarando su último año al frente de la alcaldía, Juan Alberto Belloch ya apostó por tornar los esfuerzos en la llamada ciudad consolidada presentando el plan de acción 'Zaragoza Esencial'. Una idea por la que, con diferencias (Belloch proponía, por ejemplo, viviendas en la Expo o peatonalizar Don Jaime), también parece estar dispuesto a incidir claramente el nuevo gobierno municipal de Zaragoza en Común.

Este miércoles tuvo lugar la primera la primera comisión del área de Urbanismo y Sostenibilidad. En ella el nuevo concejal de urbanismo, Pablo Muñoz, trazó las líneas sobre las que se quiere cimentar el desarrollo de la ciudad: frenar el desarrollo urbanístico -medida escenificada con la “moratoria” a nuevos proyectos y que ya ha paralizado dos planes para construir 6.000 viviendas en el entorno de Parque Venecia y San Lamberto- y creando oficinas de revitalización en cada uno de los distritos. “Cada parte de la ciudad podrá plantear sus zonas más vulnerables y donde es más necesaria la intervención”, señaló el edil en la comisión al explicar en qué consistirán estas nuevas oficinas en los barrios, algo que desde la FABZ se ve con buenos ojos, pero esperando que se concrete de forma rápida.