"La verdura de la huerta aragonesa se cuece"

Las altas temperaturas y las últimas tormentas han mermado a distintos niveles los cultivos de las diferentes zonas de la huerta aragonesa. La verdura es una de las principales afectadas por las olas de calor que vienen asolando el país este último mes de julio.

“La verdura se está haciendo polvo, se cuece”, así de tajante se muestra José Manuel Calle, presidente de la Asociación de Hortelanos de Aragón que no se atreve todavía a valorar las pérdidas ocasionadas aunque estima que afectará en torno al 20 o 30% de la producción.

La borraja y la acelga son las más damnificadas, mientras que el tomate saldrá prácticamente ileso de los azotes del calor. Calle asegura que agosto es el peor mes para la verdura y reconoce que en septiembre con la vuelta al colegio se espera que llegue un repunte del sector. Los valores extremos que ha alcanzado el mercurio y las ligeras tormentas se traducirán de manera casi insignificante en la cesta de la compra, según el presidente de esta asociación que apunta al productor como el mayor perjudicado de la cadena. El kilo de verdura se vende 30 céntimos por encima de lo habitual, pero la disminución de producción y la falta de oferta provocará pérdidas significativas a los agricultores.

En la D.O. de Aceite del Bajo Aragón dan muestras de preocupación tras alcanzar solo un 30% de su producción por falta de maduración, tal y como explicó el presidente del consejo regulador, Alfredo Caldú a la edición impresa de HERALDO. Sin conocer a ciencia cierta el origen de esta situación barajan entre las posibles hipótesis que "los intensos calores de mayo" hayan tenido influencia negativa en los olivos. El aceite está sufriendo un alza de precios aunque para desgracia de los agricultores no se reflejará en sus beneficios.

La cebolla de Fuentes es otra hortaliza que está sufriendo sofocos, aunque todavía hay tiempo para revertir la situación: “Estamos intentando mitigar la situación de estrés que vive la planta, la estamos mimando y tratamos de jugar con los tiempos”, transmite Daniel Molina, presidente de la Denominación de Origen.

Los productores son cautelosos a la hora de hablar de cifras de pérdidas. “Probablemente podamos tener algo de merma en la producción”, asegura Molina que cuenta que las olas de calor provocan que la planta “se sofoque, se quemen las puntas de las hojas y no permita un desarrollo normal”.

En términos generales, las consecuencias no se verán reflejadas en un menor número de cebollas, pero sí en una disminución del peso de las mismas. En cuanto a precios, Molina también opina que el consumidor no soportará las pérdidas: “Estamos intentando poner el mejor precio posible al tendero para que se lo traslade al cliente. Nos conformamos con un margen pequeño de beneficios”, sentencia.

No afectará a la calidad del vino

Otro sector que se verá desigualmente afectado será el del vino. Desde la D.O. Somontano trasladan su intención de adelantar la vendimia alrededor de 10 ó 15 días, hasta aproximadamente el 17 de agosto, cuando normalmente se empieza a finales de mes. La producción del Somontano rondará los 17 millones de kilos: “Cuando es un año seco la producción disminuye y la calidad aumenta”, explica Mariano Bedoz, presidente de la D.O. Somontano. La explicación radica en que el calor, a pesar de reducir la producción, favorece la no proliferación de enfermedades en las cepas.

En el extremo contrario se encuentra la D.O. Calatayud que afortunadamente no tendrá problemas para sacar adelante la cosecha puesto que se trata de un grano de ciclo largo favorecido por la abundante altitud de su viñedos (evita la aparición de plagas y durante la noche las temperaturas son más bajas). “No creemos que la producción baje de los 11 millones de kilos”, reconoce Javier Lázaro, secretario de la D.O., que explica que no está previsto un adelanto en la recogida de la uva prevista para mitades de octubre.