Rubén Plaza protagoniza el tercer triunfo español

?El corredor del Lampre gana la 16ª etapa, en la que no hubo cambios en la general. Hoy habrá descanso.

Plaza cruza la línea de meta en la primera posición, ayer en la decimosexta etapa.
Plaza cruza la línea de meta en la primera posición, ayer en la decimosexta etapa.
BENOIT TESSIER/reuters

Rubén Plaza (Lampre), un gigante de 1,92 metros y 35 años, logró la tercera victoria española en el Tour 2015 tras una galopada en solitario que inició en el ascenso al Col de Manse y terminó "mordiendo el chupete" en honor de su hijo en la meta de Gap, donde Chris Froome retuvo el maillot amarillo. Plaza, dos veces campeón de España en ruta, renació tras dos años de sequía para estrenarse de manera brillante en el Tour de Francia. Se metió en la escapada del día, se fue en la subida a Manse, lugar clave de la etapa, y se lanzó a saco en el descenso salvando el acoso del eslovaco Peter Sagan, de nuevo segundo, a medio minuto.


La tercera plaza fue para el colombiano Jarlinson Pantano (Iam), quien no pudo portar un triunfo a su país el día de la Fiesta Nacional. Mientras entraban con cuentagotas los 23 componentes de la escapada inicial, los favoritos, a más de un cuarto de hora, se pusieron a prueba como un ensayo para los Alpes. El Col de Manse, un segunda de 9 kilómetros al 5,6 por ciento a 23 de meta, era el aliciente de la decimosexta etapa entre Bourg de Péage y Gap, un escenario temido, sobre todo por el descenso. Allí se rompió la cadera Joseba Beloki en 2003, el día que Armstrong atajó por el prado. Y en 2013 también ‘aterrizó’ Contador.


Antes, en el ascenso, lo intentó Contador, pero "el viento de cara y la falta de colaboración" no dio continuidad a la iniciativa. Más suerte tuvo Vincenzo Nibali, quien logró abrir hueco para tirarse en picado hacia la meta, donde apenas "mordió" 28 segundos. Un ataque que no inquietó al líder, ni a nadie, pues el Tiburón está en la general a 7.49.

Espectacular caída de Thomas

En el descenso fue Alejandro Valverde el encargado de apretar las tuercas a Froome, de empezar con las pruebas ante los inminentes Alpes. El español arrancó un par de veces, la primera reprimida por el guardaespaldas del maillot amarillo, Geraint Thomas; en la segunda fue el propio Froome quien se soldó a rueda. El jefe del Sky solventó sin apuros los arrebatos del campeón de España. No faltó el susto de turno en este maldito escenario. En una curva a derechas, en el mismo sitio donde cayó Contador en 2013, el francés Warren Barguil empujó a Thomas y éste desapareció con su bicicleta por detrás del guardarraíles. Espectacular.


Momentos de silencio y miedo. Por delante levantaron el pie, con pocas ganas de seguir arriesgando. El líder temió perder a su gregario de lujo, pero hubo suerte. Thomas escaló de nuevo a la carretera, subió a la bici y llegó a meta ileso. Eso sí, aún temblando. Un lance que puso a Barguil en el punto de mira de las críticas. "Algunos se creen que van solos en carrera", dijo Valverde. Nairo Quintana fue más allá: "Hay corredores que se meten a estorbar sin jugarse nada y a provocar caídas a gente que se está jugando la general".


Ya no hubo más batalla. Al final, un día salvado que da paso a la deseada segunda jornada de descanso. Froome está listo para la batalla. Tiene un buen colchón de tiempo, y sabe que todos irán a por él en las cuatro jornadas alpinas que esperan. El británico, que perdió a Kennaugh, enfermo, aguarda movimientos. Confía en que saca 3.10 minutos a Quintana, 3.32 a Van Garderen y más de 4 minutos a Valverde y Contador.


Pero ayer, quien aprovechó la oportunidad fue Plaza: "Sin duda, se trata de la victoria más importante de mi vida. Ganar en el Tour es increíble. Este triunfo se lo dedico a mi hija y a mi mujer", dijo el excorredor de Eusebio Unzue, quien fue rescatado esta temporada por el Lampre italiano.

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