La iniciativa surgió a comienzos de 2014, con la intención de preparar al alumnado para que pudiese emprender una actividad profesional de agricultura ecológica y comercializar sus productos en circuitos locales y de proximidad. Para ello, los interesados reciben clases teóricas y prácticas que profundizan sus conocimientos sobre este tipo de cultivo.

Los promotores del nuevo proyecto, que concluiría a finales de 2016 con la búsqueda de tierras en el término municipal de Zaragoza para los nuevos labriegos, destacan las ventajas de una agricultura de proximidad, frente a las "grandes cantidades de producción industrial internacional" a las que el comercio –dicen– "prima actualmente en nuestro país". "Muchos de los productos procedentes del extranjero que consumimos contienen elementos químicos e incluso pesticidas. Los alimentos ecológicos poseen mayores nutrientes, carecen de sustancias tóxicas y no son perjudiciales para el nivel freático de los ríos, pues algunos componentes químicos contaminan las aguas subterráneas", afirma Olga Conde, coordinadora del proyecto.

La idea, con la que se pretende recuperar el suelo fértil periurbano de la ciudad en el que tradicionalmente se han cultivado frutas y hortalizas, impulsaría también otros ámbitos. "Los ciudadanos tienen que saber que un mercado ecológico es más beneficioso para el medio ambiente pero también para la economía local, por la cantidad de empleos que puede generar", asegura Conde.

Para darse a conocer, la Escuela Agrícola Km 0 organizó el pasado 6 de junio la I Feria de la Huerta Zaragozana en la plaza de San Bruno. Allí, diversos agricultores ecológicos vendieron productos de proximidad, al tiempo que explicaban a los compradores cómo la superficie de cultivo de hortalizas de Zaragoza se ha ido reduciendo en los últimos años, "lo que ha ido a la par con el favorecimiento comercial a las empresas extranjeras", aseguran.