Un estudio analiza los escudos de armas de las principales familias de Tauste

El investigador Francisco José Castillo localiza medio centenar de blasones a lo largo de siete siglos.

Castillo señala el escudo de los Germán, ubicado junto a la Casa de la Cámara en Tauste.
Castillo señala el escudo de los Germán, ubicado junto a la Casa de la Cámara en Tauste.
Noeli Barceló

La mitad de la población de Tauste pertenecía a la baja nobleza en 1405. Eran los descendientes de los clanes familiares que tras la conquista de Alfonso I habían llegado para repoblar estas tierras de frontera atraídos por los privilegios que les otorgaban la Carta Puebla y la Carta de Infanzonía concediendo el título de infanzón a los nuevos pobladores. El investigador Francisco José Castillo Sola ha localizado medio centenar de blasones que distinguieron a los descendientes de aquellas familias procedentes en su mayor parte de Navarra y de la zona pirenaica. El historiador desvela la importancia de estos clanes, que ocuparon los principales cargos políticos, militares, religiosos y sociales de Tauste desde la conquista cristiana hasta mediados del siglo XIX.


"Cinco Villas es tierra de frontera y se caracterizó por contar un gran número de infanzones, según un censo de las Cortes de Maella de 1405, la mitad de la población de Tauste era infanzona, era la tercera población en número solo superada por Ejea y Zaragoza", explica Castillo. "El título suponía no tener la obligación de pagar impuestos además de gozar de la exclusividad en el gobierno de la villa entre otros privilegios", añade el historiador.


En su trabajo de investigación, que mereció la beca de la asociación cultural El Patiaz en 2014 ha localizado cincuenta escudos nobiliarios que distinguieron a familias como los Rada, Frontín, Ayerbe, Sada, Lacasta,Germán, Artieda, Sola, Lambea, Alegre, Aragüés, Navarro, Olleta o Gotor. Solo unos pocos de estos escudos permanecen todavía en los edificios del casco urbano, ya que "la labor de la piqueta se ha dejado sentir en Tauste", concreta. Se conservan dos de ellos: uno en la esquina de la casa familiar de los Ramírez, en la calle de San Jorge, junto a la plaza de España, y también en la casa de cultura. Este último, situado en la fachada principal, pertenece a la época de Carlos III cuando este edificio se utilizó como depósito del cereal que debía entregarse a la Corona.

El último localizado

Recientemente también se ha localizado, con motivo de unas obras, el escudo perteneciente a la familia Jiménez de Ayerbe. Adornaba un oratorio renacentista que pertenecería al edificio de El Patiaz. El resto de los emblemas nobiliarios del estudio se colocaron en capillas, lápidas, cuadros y retablos e incluso en los ganados. La tabla renacentista de La Virgen del Ligallo que pertenece a la cooperativa de ganaderos San Simón y San Judas es muy representativa de la ganadería local. Representa la imagen central de la Virgen y alrededor hay un total de 72 ovejas, 36 en cada lado. Cada una de las ovejas aparece con tres tipos de marcas que llevaban los ganados en el lomo con la marca de pez, en el maxilar y en las orejas con los cortes. Entre ellas se localizan media docena de escudos nobiliarios con los correspondientes nombres de las familias propietarias.


El uso de los escudos surge en el siglo XII con la finalidad de que los caballeros fueran reconocidos en el campo de batalla. Después los blasones pasan a utilizarse como elemento diferenciador de edificios, retablos, vestimentas o panteones. La Heráldica se considera una ciencia auxiliar de la Historia y permite datar obras artísticas o conocer los nombres de los mecenas que financiaron la realización de obras artísticas.

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