Ocho niños zaragozanos de un campamento, atendidos en el hospital por un golpe de calor

Los menores formaban parte de un grupo de 50 campistas que habían salido ayer con los monitores a hacer rafting en Murillo de Gállego. Al acabar regresaron a Villanúa, pero al autobús en el que viajaban se le estropeó el aire acondicionado.

Sobre las cinco y media de la tarde, cuando ya faltaban pocos kilómetros para llegar, cerca de Castiello, el vehículo paró. Según comentaron en el campamento, alguno sufrió un desvanecimiento y otros se sintieron mareados. Dieron aviso al 112 y además coincidió que una patrulla de la Guardia Civil se los encontró parados y se interesó por lo que pasaba.

Ocho de los niños fueron trasladados a centros hospitalarios, la mitad a Jaca y la otra mitad al San Jorge de Huesca. A los primeros les dieron el alta a lo largo de la tarde, mientras que dos de los menores atendidos en la capital oscense quedaron ingresados en observación. En el traslado participaron tres ambulancias, los servicios de Protección Civil y patrullas de la Guardia Civil de Jaca, Canfranc y Ansó.

Fuentes sanitarias indicaron que su estado no era preocupante. El propio consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, al enterarse de lo ocurrido, se interesó por su estado y estuvo hablando con los responsables del campamento para tranquilizarlos.

Los chicos están participando en un campus de inglés y multiaventura organizado por el Patronato Nuestra Señora de los Dolores en el Campamento Cheso, un emplazamiento a 10 minutos andando del casco de Villanúa. Este y otros que organiza la entidad sin ánimo de lucro están subvencionados por el Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de la Juventud.

Empezó el pasado 5 de julio y concluye el próximo día 15. Está dirigido a niños de entre 7 y 17 años y en él se realizan distintas actividades en Villanúa y municipios del entorno: rafting, patinaje sobre hielo, salidas a pozas, ibones, arborismo, veladas, juegos, talleres de instrumentos, salidas a piscina y excursiones, algunas de ellas en inglés.

El citado patronato, con sede en Zaragoza, lleva más de 40 años organizando campamentos. Un responsable del mismo explicó que al poner el aire acondicionado en el autobús, el aire salió caliente en vez de frío, y que eso, sumado al cansancio por la actividad y a que no pudo parar hasta cinco o diez minutos después, por la estrechez de la carretera, hizo que los niños empezaran a encontrarse mal. Dijo que el ingreso hospitalario de algunos fue más una medida preventiva, al verles los médicos agotados y dada su corta edad.