Casillas, fin de trayecto

Dado que la entidad lusa no podía incrementar su última oferta de nueve millones brutos por dos campañas, con opción a una tercera, para no incumplir el ‘fair play’ financiero de la UEFA, la pelota para el acuerdo final estaba en el tejado de Casillas y del Real Madrid. Inicialmente, el club blanco sólo aceptaba completarle la ficha a Iker con la misma cantidad que le abonaba la entidad blanquiazul.

Pero el cancerbero no se conformaba. Faltaban aún siete millones para que el internacional español aceptase desvincularse del club de sus amores sin perder dinero, toda vez que le restaban dos años de contrato por un montante de 25 millones. Y, al final, dado que Casillas era reacio a perder dinero, el Real Madrid ha sido el que más ha tenido que ceder para evitar seguir un año más con el lío de la portería. Ya ocurrió lo mismo cuando Raúl se marchó al Schalke, aunque no trascendió hasta meses después que Florentino Pérez le había tenido que pagarle hasta completar su ficha.

El principio de acuerdo con Casillas se produjo horas después de que la Cope anunciase que el Real Madrid había activado la opción Kiko Casilla. El aterrizaje del meta del Espanyol, forjado en la ‘casa blanca’, era inminente y se concretaría en torno a tres millones de euros. Una forma de presionar más a Casillas para marcharse y, sobre todo, al Manchester United para que abaratase el coste de David de Gea y le dejase salir por menos de 35 millones de euros.

"No hay nada. Estoy sorprendido. No he negociado con nadie. Ni con los representantes, ni con Kiko Casilla. No sé de dónde sale esta cantidad. Estamos a 8 de julio y esto es lo que hay. No sé si mañana (por hoy) habrá alguna cosa, aunque lo dudo. No habrá nunca nada si estamos hablando de estas cifras (entre 3 y 5 millones de euros)", apuntó, muy molesto, el mandatario catalán.

Casilla lleva tiempo en la órbita blanca. La pasada temporada ya se especuló con un posible regreso, aunque entonces el precio se iba hasta los 10 millones de euros. En esta ocasión, la coyuntura en la portería del Bernabéu hace que el Madrid acelere las gestiones. La lesión de Keylor Navas podría prolongarse y, con la salida de Iker hecha, y el fichaje de De Gea bloqueado, el club no quiere correr riesgos.

Por su parte, Benítez asiste con cierta incredulidad a tanto movimiento bajo los palos, pero asume que lo más normal es arrancar sin Casillas, con Navas lesionado y que De Gea se sume a su proyecto cuanto antes, incluso para la gira asiática.

Aunque la relación entre el máximo mandatario y el capitán no es precisamente fluida desde que aterrizó en Chamartín el técnico luso José Mourinho, ambos desean formalizar una despedida a lo grande, parecida a la de Xavi Hernández en el Barcelona. Una salida por la puerta grande y, probablemente, con los ojos de Casillas humedecidos por esa emoción que embarga. Evitan así que se repitan marchas tan frías y distantes como los de otros grandes símbolos del madridismo, casos de Raúl, Hierro, Guti o Figo.