Una campaña ofrece consejos básicos para subir al Aneto con seguridad

Entre 100 y 200 montañeros hacen esta ruta cada día en los meses de verano.
Habrá 8 charlas en Benasque desde hoy, y se extenderán a Monte Perdido.

El paso de Mahoma, antes de hacer cumbre.
El paso de Mahoma, antes de hacer cumbre.
montaña segura

Entre 100 y 200 personas suben cada día en los meses de julio y agosto al Aneto, a 3.404 metros de altitud. Unos perfectamente equipados, con material técnico, y otros en zapatillas y camiseta, como si en lugar de subir a la cima del Pirineo fueran a pasar un día en la playa. Para evitar que este recorrido de entre 9 y 12 horas y con 1.500 metros de desnivel acabe en tragedia, la campaña Montaña Segura, de la que forman parte la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), el Gobierno de Aragón y Aramón, ha organizado ocho charlas informativas en Benasque dirigidas a los potenciales escaladores. Esta tarde se celebra la primera, en el palacio de los Condes de la Ribagorza, y la última será el 13 de agosto.


La actividad se hace por primera vez. La divulgación sobre la seguridad de esta ascensión recaía hasta ahora en la red de informadores voluntarios, que reciben un curso ‘online’ específico. Esta red la forman personas que están en contacto con los visitantes por su trabajo en las oficinas de turismo, los parques naturales, las empresas de guías o los alojamientos hoteleros. Sin embargo, a través de las charlas, se ha querido llegar directamente a los turistas que pasan unos días en el valle de Benasque y que planean realizar la ascensión.


"Queremos que vengan a resolver dudas. Les explicaremos qué se van a encontrar, cuestiones técnicas como la necesidad de llevar piolet y crampones y de saber utilizarlos, incluso en verano, y otras más prácticas, como dónde coger el autobús que los acerca", explica Marta Ferrer, la coordinadora de la campaña Montaña Segura. También repartirán un mapa con una ficha técnica y códigos QR con información de interés sobre el tiempo, los guías de la zona o la aplicación Alpify, que envía coordenadas exactas de la posición del usuario cuando llama al 112.


No hay cifras precisas del número de montañeros que ascienden al Aneto. Hace cuatro años se realizó una encuesta en la Besurta, contabilizando entre 70 y 100 diarios. Pero hay que tener en cuenta que existe otra ruta de entrada por el sur. "El refugio de la Renclusa ha ampliado su capacidad y además cada vez hay más gente en la montaña haciendo todo tipo de actividades", asegura Ferrer.


El perfil de los excursionistas es muy variado, a diferencia de otros tresmiles del Pirineo que atraen a montañeros más experimentados. Seguramente, opina la especialista, "porque el Aneto es el rey, el pico más alto del Pirineo", y se plantea como un reto. Ocurre algo similar con Monte Perdido, la cumbre del Parque Nacional de Ordesa. De ahí que la campaña se vaya a extender a ese lugar en estos dos meses, con charlas también en Torla y Broto. "Son los que atraen a más gente y eso hace que nos encontremos a personas preparadas y a gente con menos experiencia de la que nos gustaría", aclara la coordinadora de Montaña Segura.

Siempre con nieve o hielo

El Aneto tiene un condicionante añadido, la necesidad de usar piolet y crampones porque siempre hay nieve o hielo. No basta con llevarlos, hay que saber emplearlos, y el techo de los Pirineos no es el mejor sitio para aprender.


Las charlas harán especial hincapié en tres puntos. El primero, el tránsito por el glaciar, dada la necesidad de llevar este material técnico. El segundo, el paso de Mahoma, cuyo riesgo radica en las aglomeraciones, al cruzarse los que suben y los que bajan. "Es como la salida o la entrada del metro, hay que mantener la calma, ser gentil y organizarse bien, cosa que cuando llevas horas de travesía, no siempre es fácil", opina Marta Ferrer. A pesar de ello, no es el lugar con mayor accidentalidad porque los más precavidos prefieren quedarse en la antecima.


El tercer factor de riesgo viene dado por la envergadura del recorrido. Junto a las caídas en el glaciar, lo que provoca la mayoría de los percances es el agotamiento o los horarios tardíos en el descenso. Marta Ferrer insiste en que el objetivo de las charlas es ayudar a disfrutar de la montaña y concienciar a los montañeros de que no todos están preparados para cualquier ruta. "Hay muchas posibilidades de hacer excursiones, y siempre queda el recurso de contratar un guía", concluye.

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