La ola de calor reduce un 65% la cosecha de miel en Aragón

El calor extremo y la falta de lluvias acortan la floración de las plantas y dan al traste con las buenas perspectivas.

Los apicultores aragoneses esperaban un buen año. Las buenas condiciones climáticas de la primavera habían favorecido la formación de enjambres y las primeras recolecciones de miel, de romero o tomillo, habían cumplido las expectativas. Pero llegó el calor y las "temperaturas anormalmente elevadas" que soporta la Comunidad desde hace días, han dado al traste con las mejores previsiones.


La organización agraria UAGA COAG estima que las sucesivas olas de calor provocarán un descenso del 65% de la producción de miel en Aragón, que en condiciones normales alcanza entre 1.500 y 2.000 toneladas anuales, según señaló ayer el representante del sector apícola de la organización agraria, David Rocaful. Así sucede también en el conjunto de las zonas productoras de España, donde COAG prevé un descenso medio de la cosecha del miel que podría alcanzar el 70%, si bien la campaña se presenta muy desigual, explicaron desde la organización agraria, que detalló que en la mayoría de los territorios la cosecha de mieles tempranas ha sido muy corta, rondado el 50% de la de un año normal y, aunque la de polen ha sido algo mejor, solo ha alcanzado el 60% de la de un año normal. "En algunas regiones del sureste peninsular las producciones de romero y azahar han sido prácticamente nulas", insistió la organización.


"Con estas temperatura las flores se agotan y la producción se recorta, pero además las abejas se estresan más y no sacan el néctar que deberían", detalló Rocaful. El representante de UAGA reconoció que "hasta que llegaron las altas temperaturas la cosecha no había ido mal", pero advirtió que la situación se complica enormemente para la recolección de mieles de flores o espliegos, o de miel de encina y roble, cuya recolección comienza a realizarse en agosto.


Una situación, recordó Rocaful, que convierte la actual campaña en "dramática", ya que a la reducción de cosecha se unen los elevados costes que ha supuesto el incremento de los traslados de colmenas y los enormes costes por el incremento de los traslados de colmenas y por el alza de los gastos sanitarios para hacer frente a la varroosis, enfermedad causada por una parásito externo que afecta a las abejas adultas y a sus crías causando serias pérdidas en la producción apícola.


Actualmente existen en Aragón algo más de un millar de apicultores que cuentan con unas 100.000 colmenas.

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