Aspace Huesca denuncia trato discriminatorio a sus usuarios en un bar de Gijón

Entraron a tomar una copa y el dueño del local les invitó a irse porque iban a impedir el acceso de más clientes.

La intención era terminar la jornada tomando una copa, pero las sillas de ruedas ocupan demasiado sitio en el bar y tuvieron que marcharse sin poder consumir. Aspace Huesca ha denunciado el trato discriminatorio sufrido el sábado por un grupo de usuarios y monitores en un local de Gijón, ciudad en la que están de vacaciones. El dueño del establecimiento asegura que llegaron a este justo cuando el ambiente del mismo pasaba de bar a pub y que debido a las sillas de ruedas ocuparon todo el espacio, impidiendo la entrada de más personas.


Según los responsables de Aspace, el dueño del bar consideró que el grupo "no era lo suficientemente atractivo para su negocio y que podíamos disuadir a otros posibles clientes de entrar en su local". "Nos animó a irnos, bueno nos echó". Así lo han contado en las redes sociales, donde incluso han colgado fotografías hechas en el momento en que salían del establecimiento, llamado Al Norte y situado en una de las calles próximas a la plaza del Ayuntamiento de Gijón.


Francisco Ratia, director de Aspace Huesca, señaló que en la mayoría de los lugares a los que van los usuarios con los monitores y voluntarios "el trato es exquisito, pero quien obra de esta manera demuestra que no entiende cómo es el mundo", indicó en relación al hostelero.


Según dijo, el grupo no pedía ningún trato de favor, "solo querían entrar, tomar algo y pagar". El portavoz de Aspace explicó que antes de acceder al local le preguntaron a una camarera si podían entrar y esta les dijo que sí. "Pero cuando ya estaba dentro, el dueño se dirigió a ellos para indicarles que otros clientes los veían allí no entraría y, amablemente, les dijo que se fueran", relató Francisco Ratia tras hablar con el coordinador del viaje. "No quisieron discutir y se marcharon, pero es algo que no es de recibo", añadió.


El propietario del local Al Norte, Antonio Jiménez, trató de justificar su acción señalando que entre las once y las doce de la noche de los viernes y los sábados el establecimiento pasa de ser un bar a convertirse en un pub, con el cambio de ambiente y luces. "Llegaron, juntaron las mesas y colocaron las sillas de ruedas, que eran 13 y ya no cabía nadie más", indicó. Según dijo, al lado de Al Norte tiene un restaurante y quienes acuden allí a cenar suelen pasar al bar a tomar una copa "pero el local, que tiene 50 metros cuadrados, ya estaba ocupado con ellos y así se lo expliqué".


Jiménez lamentó lo ocurrido y expresó sus disculpas a través de Heraldo. "Estoy tan incómoda como se pueden sentir ellos, pero es que fue coincidencia que llegaran en la hora clave", dijo. "En 18 años es la primera vez que me ocurre algo así y quiero decirles que estaré encantado de que vengan y de invitarles", apostilló, aunque no indicó la hora.


Los usuarios, acompañados de monitores y voluntarios de la Asociación de Paralíticos Cerebrales de Huesca están pasando unos días de vacaciones en Asturias y tiene como base la ciudad de Gijón, donde se alojan en un hotel. Ayer mismo se hallaban de visita en el parque de Cabárceno.

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