Un incendio arrasa más de 2.000 hectáreas y obliga a evacuar 5 pueblos de las Cinco Villas

Un devastador incendio forestal que se declaró en la tarde de ayer en el municipio zaragozano de Luna y que al cierre de esta edición seguía avanzando sin control ha obligado a unas 1.500 personas a dormir fuera de sus casas tras ser desalojadas de Biota, Malpica de Arba, Orés, Asín y Farasdués. El fuego, que a última hora del día ya había arrasado más de 2.000 hectáreas, pudo ser provocado por una cosechadora. El Gobierno de Aragón desplegó un importante operativo tanto terrestre como aéreo y solicitó más aeronaves a Navarra, Cataluña, la Comunidad Valenciana y el Ministerio de Medio Ambiente, si bien esos medios no podrán incorporarse hasta primera hora de hoy. El humo, que se extendió por decenas de kilómetros a la redonda –era visible desde localidades del Pirineo como Villanúa o Jaca– hizo necesario además el corte de la carretera A-1204, la que une Ejea con Luesia.

Unas 300 personas –incluidos 120 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias– llegaron a participar ayer en las labores para sofocar el incendio, pero las previsiones de la DGA no eran nada optimistas. "Puede durar varios días, mientras no cambie la situación meteorológica, y lo peor es que no se espera que sea hasta mañana –por hoy– a las 20.00", reconoció el consejero de Medio Ambiente en funciones, Modesto Lobón. Según explicó, de los dos flancos por los que avanza el fuego el derecho es el más peligroso, ya que no se puede acceder a él por tierra. En cuanto al izquierdo, la intención de los técnicos era que las cuadrillas siguieran trabajando durante la noche a la espera de que hoy lleguen los refuerzos aéreos.

La principal hipótesis con la que se trabaja es que la chispa de una cosechadora desatara sobre las 16.34, en un paraje conocido como El Gallizo, el mayor incendio que ha sufrido Aragón desde el año 2012. Rápidamente se propagó por el monte de Luna, una zona de poblada en un 90% por pinos, escarpada y de difícil acceso por pistas forestales. Estas circunstancias, unidas a unas condiciones meteorológicas que según los profesionales de extinción no podían ser "más adversas", hicieron que las llamas avanzaran con gran rapidez –a un kilómetro por hora–. Al fuerte calor se sumaban el bochorno que soplaba en dirección noroeste –con rachas de 25 km/hora–, una humedad relativa muy baja y la sequedad de la vegetación tras casi un mes sin apenas lluvia.

El fuego se dirigió del monte de Luna a Orés y desde allí hacia Asín y Farasdués. Los tres, con unos 300 vecinos –entre ellos los 14 usuarios de la residencia de Orés y los doce de la de Asín– fueron desalojados a media tarde por el riesgo de que llegara hasta los cascos urbanos –anoche el incendio amenazaba el entorno de Farasdués–. Los evacuados fueron acogidos en el albergue de Ejea y en el polideportivo de Ejea, donde han pasado la noche y seguirán instalados hasta que puedan regresar a sus casas.

Mientras se evacuaban estas tres localidades, el alcalde de Biota, Ezequiel Marco, seguía "con preocupación la evolución del fuego". Y sus temores se confirmaron poco después. Cerca de las 23.00, se decidió que sus casi 1.100 habitantes abandonaran el pueblo por precaución. Fue el traslado más complejo por el volumen de personas, que se dirigieron a Sádaba en sus vehículos particulares o en los autobuses que fletó la DGA. Para entonces, los técnicos temían que la superficie quemada se acercara a las 3.000 hectáreas.

Además del puesto de mando instalado en Luna, las labores de extinción se coordinar desde el Centro de Coordinación Operativo de Emergencias, que se reunió anoche con la presencia de Lobón y de los consejeros en funciones de Política Territorial y Presidencia, Antonio Suárez y Roberto Bermúdez de Castro, respectivamente; además del delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde; responsables de Sarga, Carreteras y Servicios Sociales. También asistió el portavoz del PSOE en las Cortes, en nombre de Javier Lambán, que hoy tomará posesión como presidente de Aragón. Hoy a las 9.00 volverán a reunirse.