"El matrimonio homosexual fue un gesto de normalización, pero aún queda mucho por hacer"

David Lechón y Juan Chicón fueron una de las primeras parejas homosexuales que se casaron en Aragón. Viven con su hijo, de 11 años.

David y Juan, el día de su boda, en 2006
David y Juan, el día de su boda, en 2006

David y Juan recuerdan el 5 de mayo de 2006 con cariño, orgullo mientras su hijo espera para irse de vacaciones a la playa. David Lechón y Juan Chicón, ambos de 41 años, fueron una de las primeras parejas homosexuales que se casaron en Aragón. Desde que se legalizó el matrimonio homosexual, cerca de 500 parejas del mismo sexo se han casado en Aragón y más de 31.600 en España.

La boda de David y Juan fue sencilla, en el juzgado de Zaragoza, con los amigos y la familia, con fotos en la plaza del Pilar y un cóctel en un bar. Después se cogieron su permiso de 15 días y se fueron de viaje a Perú. "El matrimonio fue un gesto de normalización. Vivíamos juntos desde el año 2000 y nos queríamos casar, con los mismos derechos. Pero aún quedan muchas cosas por hacer. Falta más visibilidad social. Hay personas y parejas homosexuales que aún tienen miedo a mostrarse en público. Y falta desarrollar una ley contra la LGTBfobia", reflexionan ambos.

David y Juan se conocieron jugando a voleibol, empezaron a salir y después se fueron a vivir juntos. "Nunca hemos sufrido prejuicios ni hemos tenido ningún problema en nuestra vida cotidiana por nuestra condición sexual. La sociedad ha avanzado mucho, sobre todo en las medianas y grandes ciudades", apuntan. Los dos son muy activos en la lucha por los derechos de las personas LGTB (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). Fundaron el club deportivo Elaios y la asociación Somos Familia (de madres lesbianas y padres gays).

Los dos son ingenieros técnicos: David trabaja como autónomo haciendo reformas (antes de la crisis tuvo una constructora) y Juan dejó su empleo en una empresa de inserción laboral cuando adoptaron a su hijo. El chico, que ahora tiene 11 años, llegó a su casa y a su vida casualmente el 28 de junio de 2013 (Día del Orgullo Gay).

La adopción y sus obstáculos

La reforma del Código Civil de hace 10 años permitió a las parejas homosexuales casarse y adoptar como pareja. David y Juan querían ser padres y en 2007 iniciaron el proceso de la adopción, "largo y con obstáculos".

"Iniciamos los dos procesos: la adopción nacional, que gestiona la DGA, y la internacional, a través de Cruz Roja. Fuimos la primera pareja homosexual en pedir la adopción internacional. Desde el Ministerio nos dieron la ideoneidad pero nos recomendaron que lo descartáramos porque íbamos a encontrarnos con muchos problemas. Las parejas homosexuales solo pueden adoptar en Sudáfica y Brasil", cuenta Juan.

Decidieron seguir con la adopción nacional, y pasaron las entrevistas y trámites necesarios. "Teóricamente en la adopción nacional no hay problemas para las parejas homosexuales, pero luego te enfrentas a los prejuicios de los políticos que en última instancia deciden qué niño entregan a cada familia. Todas las parejas LGTB o personas solas que conocemos que han adoptado en Aragón tienen un niño de edad avanzada, con alguna enfermedad crónica o de otra raza", apunta David.

A ellos les avisaron si querían adoptar a un chico, que entonces tenía 9 años y vivía en un centro de menores del Gobierno de Aragón. "Al principio fue duro, él tiene genio y traía su historia detrás", cuentan.

Los tres tuvieron que adaptarse a muchos cambios. Ahora hacen las maletas y preparan las vacaciones de verano: unos días al apartamento de la playa con los abuelos, luego el chico se va de campamentos, después todos al pueblo y a un campamento de familias en Benasque.

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