Los sogueros, entre la celebración y el peso de la responsabilidad
La asociación que maneja los toros ensogados leyó el pregón que marcó el inicio oficial de las fiestas del Ángel.Homenaje a los 36 miembros de la Soga y Baga.
Los oradores reconocieron que la responsabilidad es el sentimiento que más les pesa en los momentos decisivos de la fiesta, cuando la Soga y Baga tiene que garantizar la integridad de los miles de vaquilleros que corren a veces con las facultades físicas muy mermadas tras diez días de fiestas delante de las reses ensogadas. Carlos Méndez reconoció que tanto él como sus compañeros no pueden pegar ojo la noche previa a los toros de soga debido a los nervios al ser conscientes de la labor vital que estará en sus manos durante 24 horas.
El papel de la Soga y Baga, una asociación creada oficialmente en 1941 para manejar la soga atada a la cabeza de los toros para dominar sus acometidas, arranca la madrugada del lunes de La Vaquilla el nombre con el que se conocen los tres últimos días de las fiestas del Ángel, cuando atan con soga y baga las cuerda que tiran del toro desde delante y atrás, respectivamente a las reses en la plaza de toros. De este modo, llegan a los corrales de la Nevera, en el Centro Histórico. Por la tarde, el mismo equipo de personas se encarga de sacar a los astados, también atados con cuerdas, por las calles más céntricas de la ciudad, en uno de los actos más multitudinarios y, sin duda, el más genuino.
Los pregoneros admitieron que, para ellos, en cierto sentido La Vaquilla se acaba el domingo, porque a partir de la merienda, cuando ven el aspecto y comportamiento de los toros que saldrán ensogados al día siguiente, toda su atención se dedica a estudiar la mejor manera de manejar a los astados para garantizar la seguridad de los corredores al día siguiente, a la vez que propician buenas carreras y la movilidad de las reses.
Carlos Méndez señaló que el objetivo de los sogueros es "preocuparse de cada vaquillero" como si se tratarse de ellos mismos. Pero los astados deben ofrecer a la vez "un espectáculo bonito y que la gente disfrute". Méndez dijo que los sogueros son conocedores del aprecio ciudadano del que disfrutan y que, cada Vaquilla, se refleja en los aplausos con los que el público cierra cada traslado de reses de madrugada y cada regreso al corral por la tarde. Francisco Gómez optó por su parte por hacer un repaso histórico a la tradición taurina de la ciudad que se remonta a los mismos orígenes de Teruel y del toro de soga.
El alcalde, Manuel Blasco, recalcó la importancia de la Soga y Baga y del festejo que protagonizan para una ciudad "muy defensora de sus tradiciones". Añadió que su propuesta para que una asociación fuera pregonera de las fiestas en lugar de una persona en concreto fue recibida "con cara rara" por el resto de concejales, que, no obstante, "no tardaron en decir que sí", con lo que se rompía una larga tradición de mantenedores a título individual. Blasco justificó la elección por la voluntad de ofrecer un "reconocimiento" al papel del grupo de hombres y mujeres que renuncia a disfrutar de parte de las fiestas en su vertiente más lúdica en beneficio de la seguridad de los vaquilleros.
Carlos Méndez invitó, no obstante, a los turolenses y visitantes a que aprovechen los tres días de La Vaquilla, "en los que la gente disfruta de estar en la calle" en una fiesta que "acoge por igual a turolenses y visitantes, donde cualquiera tiene cabida para pasar tres días maravillosos". Aunque la labor de la Soga es una de las más exigentes y decisivas, ahora, aclaró, "lo que toca es disfrutar". Animó a todos los asistentes a "meterse cuanto antes en la fiesta y participar en ella con alegría, ilusión, compañerismo y pasión". Advirtió, para los más timoratos, de que, "también se permite algún exceso".
Por la noche, el concierto de Macaco, el artista estrella del programa oficial, cerró la primera jornada festiva. La actuación se celebró en el ferial del Palacio de Congresos, el mismo escenario que hoy acogerá a David Bustamante.