Un oso ataca un rebaño en Bonansa, en plena ruta ciclista transpirenaica
La agresión se produjo a dos kilómetros de la población y se saldó con la muerte de una oveja y la desaparición de otra.
El ataque del lunes se produjo algo después de las 20.00 mientras el rebaño, de unas 570 cabezas, pastaba cerca de un pinar rodeado de tierras de cultivo, según explicó el ganadero Joaquín Brallans, propietario de las ovejas. Él estaba en su vehículo cuando observó que los animales se espantaban, pero no pensó que pudiera tratarse de un oso sino que creyó que podría ser un jabalí y tras llamarlas, las reunió de nuevo. No fue hasta las 21.30 cuando se percató de lo ocurrido. Un vecino lo avisó de que tenía una de las ovejas muerta en medio de la pista. "Estaba destripada y tenía arañazos", comentó el dueño.
Brallans se puso en contacto con la patrulla de vigilancia del oso que está en el municipio vecino de Montanuy. "Vinieron y dijeron que por el aspecto de la herida se trataba de un ataque de ese animal", comentó el ganadero. La otra res se echó en falta en el recuento posterior.
Joaquín Solanilla, secretario provincial de UAGA, explicó que, según los guardias, el zarpazo que presentaba la oveja era de una garra pequeña, "por lo que podría tratarse de un osezno que se avistó por la comarca en marzo de 2014 junto a su madre". "A finales del invierno pasado se vieron huellas en la nieve", apostilló Brallans.
De momento, se desconoce de dónde puede proceder el plantígrado, aunque podría venir de la zona del Turbón, donde hace dos veranos también hubo algún ataque. "Está a unos 10 o 12 kilómetros y eso para estos animales no es nada", señaló el ganadero de Bonansa. Según dijo, los forestales no hallaron más rastros del oso cuando el martes por la mañana recorrieron los lugares cercanos al campo donde se produjo el ataque. Tampoco encontraron la otra oveja. Brallans manifestó que nunca habían sufrido un siniestro así en Bonansa. "Pero ahora tenemos la preocupación de que vuelva a pasar algo similar, porque aquí no hay cámaras para detectar su presencia, como en otros sitios", indicó Joaquín Brallans.
El ataque de Bonansa se ha producido apenas dos semanas después de que algunos excursionistas avistaran a tres ejemplares de oso en la zona de Benasque, en la misma comarca. Dos de ellos parecían una hembra y un osezno. Los animales fueron grabados en vídeo y fotografiados por los sorprendidos senderistas que los encontraron.
Los ganaderos afectados por la reintroducción de esta especie en los montes de la cordillera señalan que "son imprescindibles unas medidas de compatibilidad y compensación que garanticen el futuro del sector ganadero y la seguridad de sus rebaños". Asimismo, a través del sindicato agrario UAGA, reclaman que se indemnice en caso de ataque y rechazan la inclusión de más ejemplares de oso esloveno en el Pirineo.