"Mirando por un telescopio te olvidas del caos de la Tierra"

Pues me hubiera encantado. Mi madre y mi hermana escribieron a ‘Sorpresa, sorpresa’ para que me llevaran a la NASA. Y luego he estado ligado a ella...

¿Qué enseña la NASA cada día?

Muchas cosas, es de las empresas con más contenidos para internet. Uno de ellos, la imagen astronómica del día. Dos empleados decidieron colgar cada día una foto de su archivo y explicarla de forma didáctica. Era 1995, y pensé que sería genial contactarles y traducir la página al español.

Y nada más fácil.

¡Muy fácil! Hace 20 años había tan poco contenido en internet que era fácil localizar a alguien detrás de una web. Yo era un estudiante de 17 años, les contacté y me puse a traducir día a día la imagen. ¡Igual se pensaron que era una eminencia! Hasta entonces, solo era un ‘hobby’, me iba con la Agrupación Astronómica Aragonesa los viernes de teoría y los sábados, a observar.

¿Está usted siempre en las nubes?

Sí. Los emprendedores tenemos que estarlo, pero siempre con un pie de puntillas en el suelo. Yo, además, tengo licencia de piloto y me gusta volar. Todo lo que sea de 100 metros para arriba me encanta.

¿Qué hay entre el cielo y el suelo?

Locuras. Una sociedad muy loca y con cada vez más y más cosas. Y cuando vuelas, o cuando miras el universo con un telescopio, es todo genial, no pasa nada. Y te olvidas del caos de la Tierra.

Trabaja en internet casi desde antes de que se inventara. ¿Allí hay mucha estrella fugaz?

Hay mucho intento. Al principio no, pero desde que se ha visto lo logrado por Mark Zuckerberg o Steve Jobs, desde un garaje, todo el mundo quiere hacer algo. Yo he podido hacer cosas, y he tenido éxitos y fracasos, que es la única manera de aprender.

¿Cómo era la primitiva red?

Muy bonita, mucho más que ahora. Éramos pocos y nos ayudábamos entre todos. Si hoy vas a una página web y les pides colaborar, pensarán que es spam.

Hoy, ¿nos quita mucha libertad?

Sí. El otro día vi una foto de unos chavales en el Museo del Prado con el móvil en la mano y un Velázquez al fondo. Eso es espantoso. Nos creamos escudos digitales, y nos mostramos distintos en las redes y en el mundo real. El mayor desastre social es hoy la ‘última conexión’ del Whatsapp.

Escribió ‘Entender Internet’. ¿Eso es posible?

Lo escribí muy joven, en una internet más fácil de explicar: apenas era un par de chats, unos foros y el correo. Pero ahora... Lo bueno es que hoy los niños nacen con ello y no necesitan explicación.

La burbuja del blog, ¿se romperá algún día?

El blog como tal, sí. Y, como en toda burbuja, cuando explota se ve quién era bueno y quién no. Lo que no se romperá es el uso de internet para comunicarnos. Hoy, la moda es twitter. Mañana será otra cosa.

Es consultor e invierte en proyectos tecnológicos. ¿Cómo elegir?

Lo que más se mira es un buen equipo, más que la idea. Si un equipo te demuestra que puede llevar a cabo una idea, por loca que sea, y en seis meses logra cinco mil usuarios, en eso hay que invertir. Da igual que quiera vender calcetines rosas en Alaska.

Y ¿dónde se encuentra el talento en las redes? ¡Si es virtual!

Si han hecho algo antes, por su historia. Se busca navegando muchísimo, investigando en la red.

Por su trabajo, ha pasado largas temporadas en Estados Unidos. ¿No hay marcha en Nueva York?

Hay más marcha en tu tierra. Es cierto que en España se vive mejor y más cuando amas tu tierra y sientes que Zaragoza es la ciudad perfecta. Lo de Nueva York fue estupendo, aprendí más que en mi vida del mundo de empresas e internet, pero siempre pensé en volver y ponerlo en práctica aquí.