Los aragoneses tienen que trabajar seis meses completos, es decir, 181 días al año, para hacer frente al pago de todos sus impuestos. Es un día menos que la media nacional, que se sitúa en 182 días, y que convierte a Aragón en una de las comunidades, junto con La Rioja, Navarra, País Vasco y Canarias, en las que los trabajadores saldan antes sus pagos tributarios. Y no es una casualidad. Esta diferencia, que con Cataluña llega a ser de siete días, se debe a la presión fiscal que soportan los ciudadanos ocupados en las distintas autonomías.

Los datos los ofreció ayer el ‘think thank’ ?(laboratorio de ideas) Civismo, aprovechando la celebración hoy del ‘Día de la Liberación Fiscal’, una fecha que en el mundo anglosajón coincide con el día en el que los ciudadanos han generado los ingresos suficientes para pagar todos los tributos ese año. Por ello, es "a partir de entonces es cuando comienzan a trabajar para sí mismos", dice el estudio de Civismo, que detalla que los ciudadanos de unas comunidades pueden celebrar esta fecha el 28 de junio y otros no pueden ‘liberarse’ hasta el 5 de julio. En el caso de Aragón (30 de junio), la rebaja de dos puntos que el Gobierno regional aplicó a las rentas más bajas modificó ligeramente los tramos haciendo que el IRPF(el tramo autonómico más es el estatal) se situara entre el 20% y45%. Además, un trabajador medio de la Comunidad paga 3.279 euros por el impuesto de la renta, una cifra prácticamente igual a la media nacional. Así, recoge Civismo en su informe, con respecto a 2014 la reforma del IRPF autonómico ha supuesto un ahorro de 116 euros para el trabajador medio, que sumados a la reforma estatal (233 euros) se ha traducido en una rebaja fiscal anual de casi 350 euros.

Aragón, recuerda el informe, no ha aplicado el céntimo sanitario a la venta de combustibles y mantiene el impuesto de sociedades aplicando la tarifa estatal, cuyos tipos impositivos van del 0,2% al 2,5%. No ha habido tampoco cambios significativos en el impuesto de circulación y el IBI, insiste Civismo, que concluye que aunque Aragón es "una de las pocas comunidades autónomas que lo está haciendo bien materia de política fiscal, el Ejecutivo debería seguir deflactando la tarifa del IRPF y aumentar los mínimos familiares". Así, destaca, se podría contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo generada por la inflación porque "si el IRPF no se actualiza al IPC se produce una subida fiscal silenciosa". Este laboratorio de ideas aconseja además a Aragón que elimine el impuesto sobre el patrimonio.

Para el conjunto del país, el informe de Civismo explica que un trabajador con un sueldo medio de 24.400 euros brutos al año dedica 182 días de trabajo al año al cumplimiento de sus obligaciones tributarias y empezar a generar ingresos para su propio disfrute. Así, por primera vez en los últimos cinco años, el ‘Día de la Liberación Fiscal’ se ha adelantado gracias a la reforma que entró en vigor el pasado 1 de enero y la bajada de algunos impuestos autonómicos. Según el informe, el Estado se lleva la mitad de la renta de los trabajadores, pero lo hace de una forma diseminada para que el contribuyente no se escandalice.

El estudio destaca que el esfuerzo fiscal crece con el salario bruto y varía del desde el 8 de junio para una renta de 15.500 euros hasta el 7 de julio para una de 40.000 euros, lo que implica 29 días de diferencia entre un mileurista y un trabajador acomodado. De hecho, a partir de cierto nivel de renta el esfuerzo fiscal de los trabajadores se reduce en seis días porque las cotizaciones a la Seguridad Social tienen un tope máximo y porque el IVA afecta menos a los más cobran. El informe cuantifica en 230 euros anuales el impacto de la reforma fiscal en el IRPF, pero admite que habrá que esperar a 2016 para ver que el Gobierno cumple sus promesas e implementa la segunda parte de la reforma.

En su análisis, Civismo evidencia además que la renta media española está gravada al mismo nivel que en Suecia o Finlandia, a pesar de que el sueldo medio de estos países es un 70% superior. En cambio, Dinamarca, Luxemburgo, el Reino Unido, Noruega o Irlanda son otros países que, con niveles de renta media muy superiores a la española, tienen unos tipos impositivos mucho más reducidos: entre el 28% y el 38%, respectivamente.