Se mantuvo, eso sí, el sentimiento de intensa comunión de los benasqueses con sus tradiciones más queridas. Como se viene repitiendo desde tiempo inmemorial, mientras repicaba la campana mayor de la iglesia, denominada por este motivo ‘la Marciala’, la multitudinaria y tradicional procesión del santo patrón, la misa mayor y el ‘Ball dels omes’, con el preceptivo relevo en los mayordomos ante la estatua del santo, fueron los momentos más emotivos de la jornada para los vecinos de la localidad.

Numerosos danzantes, vestidos con el clásico chaleco negro sobre la camisa blanca y acompañados por las castañuelas ornamentadas con coloristas cintas, representaron una vez más ante un público numerosos esta danza de origen medieval. El baile fue cobrando fuerza de manera progresiva con los giros y elipses – ‘marradetas’ se les llama en Benasque– con los cuales los danzantes van rodeando la estatua de San Marcial que preside toda la ceremonia. Paralelamente a esta representación, los mayordomos en ejercicio, reconocibles por su vistoso tocado floral, representaron el cambio de tercio y señalaron a los nuevos mayordomos de los festejos próximos haciéndoles entrega de una flor como símbolo de su futura labor.

El programa se completó con una apretada agenda de actividades entre las que destacaron el animado vermú popular, que se recuperó después de unos años de ausencia y un animado pasacalles en el que los asistentes se rascaron los bolsillos con sus donativos. Asimismo, estuvo muy concurrido y clásico festival de jotas, a cargo del grupo folclórico Aires Monegrinos. Las verbenas de la tarde y la noche también estuvieron muy animadas debido a las agradables temperaturas. Las fiestas benasquesas viven hoy su último día con el también tradicional ‘Ball de les dones’, que se celebrará en la plaza del Ayuntamiento a partir de las 19.00, como punto culminante del programa festivo. Se llama así porque intervienen las mujeres acompañando a los danzantes masculinos y se sigue con la misma intensidad que el de los hombres.