La UE ve "imperativo" el paso eléctrico por Aragón y espera cerrar el trazado este año

España y Francia deben presentar a Bruselas tras el verano un informe sobre las conexiones. Ambos países pretenden que discurra entre Sabiñánigo y Marsillón, pero puede haber cambios. Falta concretar el recorrido intermedio para iniciar contactos con los municipios.

Un acuerdo ya pactado.
Un acuerdo ya pactado.
Heraldo

Quieren que vaya a velocidad de crucero. La Unión Europea considera "imperativo" que España y Francia inicien ya tres nuevas conexiones eléctricas entre los dos países, una de ellas a través del Pirineo aragonés. La Comisión Europea –que la pasada semana firmó con España y Francia el compromiso de impulsar cuanto antes estos ejes– espera recibir un primer informe con avances en el mes de septiembre.


Además, establece con Francia y España el compromiso de que el "acuerdo" para el trazado concreto de la línea por Aragón "esté cerrado en lo posible antes de que finalice 2015". La propuesta que hicieron los presidentes Mariano Rajoy y François Hollande es que la unión eléctrica entre los dos países se haga entre Sabiñánigo y Marsillón. Sin embargo, ni está la decisión totalmente cerrada ni hay todavía un detalle exacto del recorrido intermedio.


Según el memorándum que han firmado, España debería comenzar "la tramitación administrativa" de la conexión por el Pirineo "a principios de 2016". En ese momento empezarían ya las negociaciones más serias con los ayuntamientos afectados, con los que se tendría que hablar de compensaciones económicas, sociales, etc. En cualquier caso, los contactos deberán empezar antes, ya que se descarta que España y Francia establezcan con sus respectivos operadores (aquí es Red Eléctrica Española) cualquier trazado si no hay un consenso previo y contactos ya asentados en las zonas por donde debería discurrir.


Si los municipios aceptan, parece que la financiación no será un gran problema. La Comisión Europea (en concreto el departamento de Energía, que dirige el español Miguel Arias Cañete) plantea que dará "soporte financiero" a través del programa ‘Conectando Europa’. También garantiza que habrá dinero del llamado Plan Juncker y, si es necesario, "evaluarán relevantes soluciones financieras en cooperación con el BEI". Es decir, todo lo que la UE, España y Francia niegan al Canfranc y a la Travesía Central del Pirineo lo ofrecen para impulsar una conexión eléctrica de gran capacidad que pasaría casi por los mismos enclaves que estas infraestructuras de comunicación ferroviarias.


Todas estas prisas vienen por el interés de algunos países de tener menos dependencia de Rusia y por el de la Unión Europea de que España y Portugal dejen de ser "una isla energética". Su objetivo es que los países tengan interconectada al menos el 10% de su capacidad de producción. En España esta cifra se encuentra notablemente por debajo.


La decisión de hacer un paso por Aragón –estaba la alternativa de proyectar otro por Cataluña, o dos por Navarra y País Vasco– cuenta con el amparo del Ministerio de Industria desde hace ya más de seis meses. De hecho, su titular, José Manuel Soria –que es el firmante del memorándum con Francia y la UE– ha defendido públicamente la necesidad de este paso.

Más suministro en el Pirineo

En la parte más positiva, la nueva conexión garantizaría la posibilidad de aumentar el suministro eléctrico en valles del Pirineo aragonés donde hasta ahora existen posibilidades más limitadas. Además, supondría la llegada de compensaciones a los territorios afectados, que ya se perdieron en intentos anteriores con proyectos similares y que sí recibió Cataluña, que no se decantó por los vetos. Sin embargo, en la parte contraria está el impacto ambiental. Este hecho ya paró intentos anteriores, como el Aragón-Cazaril, que llegó a dejar un rastro de piletas sin desmontar y sin uso en zonas del Pirineo aragonés.


Según aseguró el operador, Red Eléctrica Española, las conexiones energéticas se desarrollan ahora de forma muy diferente. Plantean la posibilidad de soterrar algunos tramos, corregir el recorrido para que haya menos impacto, etc. Además, el nuevo sistema de compensaciones está más ligado a los municipios directamente afectados.


Si el acuerdo inicial con Aragón falla, Bruselas acepta que los planes "se ajusten a un periodo más largo", pero siempre que no supongan un retraso relevante. De hecho, confían en que las obras estén finalizadas en cinco años.

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