La iglesia de Miravete se hunde a pesar de estar declarada Bien de Interés Cultural desde 2001

Cuatro vigas de la sacristía se han fracturado y la cubierta podría derrumbarse en cualquier momento.

Un vecino muestra las filtraciones y las grietas que recorren la sacristía de la iglesia.
Un vecino muestra las filtraciones y las grietas que recorren la sacristía de la iglesia.
jorge escudero

Las sacristía de la iglesia parroquial de Miravete de la Sierra, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2001, amenaza ruina. Las últimas tormentas han provocado la fractura de cuatro vigas de la cubierta del anexo a la nave principal y el Obispado de Teruel considera que es urgente intervenir para evitar el hundimiento del tejado. El delegado episcopal de obras, José Alpuente, que visitó el templo el pasado martes, considera peligroso utilizar la sacristía, cuyo acceso ha quedado prohibido por seguridad.


La restauración de la iglesia de Miravete fue el aliciente principal para que la localidad protagonizara la exitosa campaña publicitaria de 2008 ‘El pueblo en el que nunca pasa nada’, que tuvo repercusión mediática mundial aunque, finalmente, no consiguió su objetivo de reparar el templo. La prioridad de los vecinos para colaborar en aquella operación de márquetin fue la restauración de la cubierta, cuyo deterioro provoca abundantes filtraciones y goteras.


El monumental edificio, construido en el siglo XVI en estilo gótico, dispone desde 2011 de un proyecto de restauración integral encargado por la DGA. La obra tiene un presupuesto de un millón de euros. La actuación se divide en tres partes: las cubiertas y los muros, el campanario y la estructura. El Gobierno aragonés presupuestó 60.000 euros para invertir en 2015, pero los trabajos no se han iniciado. El presupuesto de 2013 incluyó 600.000 euros para el mismo objetivo, pero los recortes impuestos por la crisis abortaron también aquella inversión.


El Ayuntamiento ha comunicado al Servicio de Conservación y Restauración del Patrimonio del Departamento de Cultura el hundimiento parcial del techo de la sacristía, utilizada habitualmente para celebrar las misas durante el invierno, cuando el pueblo, de 29 vecinos censados, está más vacío. El arquitecto municipal y redactor del proyecto de restauración, Ángel Jarque, que acaba de inspeccionar el templo, advirtió de que la situación "requiere de una pronta actuación para evitar la entrada de agua, que castigará el interior". Jarque señaló que el tejado de la sacristía corre peligro de hundimiento.


El alcalde, José Listo, opinó que si no se acometen obras de consolidación urgentes en el tejado del anexó, "se hundirá con la primera nevada del próximo invierno". Listo lamentó la pasividad de la DGA ante las reiteradas peticiones de ayuda del Ayuntamiento para reparar el monumento.


El delegado de obras del Obispado de Teruel resaltó la "urgencia" de una actuación de consolidación de la sacristía, porque "no puede seguir en estas condiciones todo el verano". José Alpuente pidió la colaboración del Ayuntamiento para agilizar los trámites administrativos y las licencias para acometer las obras más indispensables. En caso de producirse una fuerte tormenta, el tejado podría desplomarse. La ruptura de las vigas ha provocado la entrada de agua al interior de la sacristía, algunas grietas de los muros se han ensanchado y han aparecido otras nuevas.


Alpuente consideró contraproducente la declaración del templo como BIC, porque, a su juicio, no ha contribuido a atraer inversiones y, por el contrario, complica los trámites para cualquier actuación que vaya a acometerse. El representante del Obispado señaló que, debido al peligro que presenta, queda prohibido el acceso al anexo de la iglesia, que dejará de utilizarse para celebrar misas. Añadió, no obstante, que la nave central sigue siendo segura.

Las "tejas virtuales"

La campaña ‘El pueblo en el que nunca pasa nada’, ideada por la agencia Shackleton, incluía visitas virtuales al pueblo, entrevistas y otros contenidos ofrecidos a través de internet y de las televisiones. Entre los apartados de la web creada específicamente para la acción promocional, figuraba la posibilidad de comprar "tejas virtuales" por 10 euros para contribuir a la reparación del deteriorado tejado de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Nieves, pero la recaudación, 8.000 euros, se quedó lejos de su objetivo.
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