"Encontrar Tiermas y Escó nos ha salvado la parte final de la película"

Las bombas de ‘Gernika’ han caído en estos dos pueblos deshabitados, escenarios de cine para la película dirigida por Koldo Sierra.

Varios actores, entre ellos tres de los protagonistas, ruedan una escena ayer en Escó.
Varios actores, entre ellos tres de los protagonistas, ruedan una escena ayer en Escó.
laura zamboraín

Los pueblos deshabitados de Tiermas y Escó han vuelto esta semana a la vida, gracias al rodaje de la película ‘Gernika’, del director Koldo Sierra, que narra a través de una historia de amor el trágico bombardeo que destruyó la localidad vizcaína en la Guerra Civil. Estas dos localidades prácticamente destruidas por el paso del tiempo han sido los escenarios "perfectos" para grabar el final del filme.


Los productores y el director "le dimos muchas vueltas a cómo rodar el bombardeo, visitamos platós por toda Europa y finalmente decidimos rodar en escenarios naturales", apuntó José Alba, uno de los productores. La casualidad hizo que finalmente llegaran a Tiermas y Escó. "El director de fotografía suele pasar por aquí cuando va a Jaca a esquiar y nos lo comentó un día, vinimos a localizar y nos pareció increíble". Y es que estos dos pueblos se asemejan mucho al tipo de estructura de Guernica, además en el caso de Escó "tiene cuestas y las casas derruidas nos venían genial", añade el director. "Recorrimos varios pueblos y cuando vimos éstos fue un flechazo, la verdad es que nos han salvado la parte final de la película", reconoce.

Casas tiznadas y sacos terreros

El rodaje en estas localizaciones ha durado tan solo cuatro días, desde el lunes hasta ayer a altas horas de la madrugada, que se recreó el pueblo en llamas. A pesar de que la base fundamental del escenario la tenían con las casas derruidas, ha habido que caracterizarlas, "manchándolas" de negro para que se asemejaran a edificios quemados e incluyendo todo tipo de atrezo de la época, desde carros de madera, coches antiguos, o los sacos con los que se construían las trincheras. Los efectos especiales con explosiones e incendios no han faltado, ni lo harán los efectos digitales, como los aviones de la legión Cóndor, que se incluirán en la postproducción.


El largometraje "trata del bombardeo de Guernica, narrado a través de la historia de amor de un corresponsal de guerra que está cubriendo el frente norte y una editora republicana", explica el director. Todo ocurre unos seis días antes "y en pleno bombardeo, y se va explicando a la vez cómo se gestó". Se trata de una producción internacional, ya que se ha rodado en varios idiomas. "Se iba a rodar en inglés y tuvimos la suerte de que Sony, que la va a distribuir mundialmente, nos permitió que cada uno hablara su lengua nativa". Por lo tanto, los alemanes de la legión Cóndor hablan en alemán, los periodistas extranjeros en inglés y los locales, en castellano y euskera.


Ayer finalizó el rodaje y faltan unos seis meses de postproducción. La idea es que esté finalizada en enero de 2016. "Ha sido un trabajo muy duro", cuenta Koldo Sierra, que ha afrontado con esta película una gran responsabilidad, "porque el bombardeo de Guernica es un tema muy sensible y hay que contarlo bien porque mucha gente conoce el cuadro, pero no la historia. Hemos podido contar lo que pasó, cómo pasó, cómo se gestó a través de una historia ficcionada pero basada en hechos reales".


El plantel de actores casi al completo ha estado en Tiermas y Escó. James D’Arcy, Jack Davenport, María Valverde, Ingrid García-Jonsson o Alex García han interpretado las escenas más trágicas y emotivas. Unas 125 personas, entre técnicos y actores, se han encontrado con la dificultad de rodar en una localización abandonada, sin luz, agua ni hoteles para descansar. "Elegimos esto porque la autenticidad visualmente es mucho más importante que las comodidades y el lujo de la vida moderna", concluye el productor.

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