Decálogos de ida y vuelta

Casi todos los partidos mayoritarios ha tenido que aceptar un documento de diez puntos para poder gobernar.

Echenique y Lambán al terminar de la reunión.
Echenique y Lambán al terminar de la reunión.
S.Lario

Un decálogo conjunto. Este es el nuevo paso que dieron este miércoles los dirigentes de Podemos y PSOE en Aragón. Desde que se supo el resultado de las elecciones y comenzaron las negociaciones han sido constantes las apariciones de ambos líderes políticos y sus idas y vueltas con el ya famoso decálogo que Podemos le ha propuesto al PSOE.


Una vez analizados los resultados electorales, ambas fuerzas comenzaron sus reuniones con el resto de partidos para conocer aquello que les unía y les separaba. Como muchos se imaginaban con un simple vistazo a los votos obtenidos, PSOE y Podemos fueron los protagonistas de las negociaciones con más visos de materializarse en gobierno. Aunque el 1 de junio Pablo Echenique, dirigente de Podemos Aragón, y Javier Lambán, candidato socialista a la presidencia de la DGA, tuvieron su primera reunión, no fue hasta una semana más tarde cuando entraron en materia.


Con un grupo por cada partido destinado únicamente a ello, empezó a resonar en los oídos de todos los aragoneses la palabra 'decálogo'. En realidad, según informan desde fuentes de Podemos, la decisión de que fueran diez puntos y no 25 o 3 -como fue el caso de Andalucía- se debe a que es un número razonable “capaz de resumir las necesidades básicas y más urgentes para la ciudadanía”.


Durante las siete reuniones que los grupos de negociación de ambas formaciones han mantenido, ha habido un tira y afloja constante de este decálogo, añadiendo apreciaciones, quitándolas o expresándolas de manera diferente. En total, ha cambiado de manos y ampliado o reducido su contenido en cuatro ocasiones. La última fue el pasado lunes cuando el partido violeta envió un texto reformado y más amplio respecto al primero. Los puntos importantes siguen siendo los mismos y las diferencias -sueldos de altos cargos, desahucios y televisión autonómica- también.


Decálogos de ida y vuelta que finalmente parece que terminarán con uno diferente. No estará elaborado ni por el PSOE ni por Podemos, habrá un poco de los dos. Al menos, esta es la idea que tiene Pablo Echenique, precursor del planteamiento. “En estos días nos hemos enviado documentos de uno al otro, en los que se ha avanzado mucho, pero todavía existen discrepancias. En el caso de seguir así, el texto final siempre sería de un partido u otro, por lo que a la otra parte no le terminaría de encajar”, explicaba Echenique este miércoles.


Para él, la “única manera de que ambas formaciones estén contentas con el proyecto es que se redacte un documento conjunto”. Y en ello trabajaron este jueves, con la mirada puesta en una investidura que, si quieren cumplir las primeras promesas que se han realizado, deberán afrontar antes del próximo mes.


De momento, el documento ya está redactado y Podemos ha planteado una consulta para este fin de semana. Del resultado que se obtenga dependerá el futuro más inmediato de Aragón.


Decálogos en otras comunidades

Finalmente, la constitución de casi todos los gobiernos autonómicos va a depender de la aceptación de un decálogo por parte de uno de los partidos que más votos obtuvo el 24 de mayo. Los responsables han sido tanto Podemos como Ciudadanos, que han propuesto documentos de diez puntos al PP y PSOE para conseguir llevar a cabo distintas investiduras.


Ciudadanos preparó un texto con una decena de apartados que ha puesto encima de la mesa en todas las negociaciones autonómicas que se han llevado a cabo. No obstante, las puntualizaciones que cada autonomía ha añadido han sido diferentes. Por ejemplo, mientras que para dar su apoyo a Susana Díaz en Andalucía se propuso que la limitación de dos legislaturas solo afectara a los dirigentes regionales, para que Cristina Cifuentes fuera presidenta de Madrid, se exigió que esta restricción también afectara a los consejeros. 


Por su parte, Podemos no tenía elaborado un documento estándar, por lo que cada representante autonómico ha puesto en manifiesto los intereses de su comunidad, eso sí, casi siempre en 10 ideas. Un decálogo para que Guillermo Fernández Vara fuera presidente de Extremadura y otro para que Ximo Puig ocupe en sillón presidencial de la Generalitat Valenciana.


En otros sitios, como Andalucía, donde solo se pusieron tres puntos clave -quizá por ello no fue fructífero-, la propuesta del partido de Pablo Iglesias ha variado el número de criterios negociables. Al caso andaluz, que finalmente no llegó a buen puerto, hay que sumar la próxima investidura de Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. En este caso, el acuerdo alcanzado entre ambas formaciones ha constado finalmente de 13 puntos clave.

La simbología del 10

El diez es un número "redondo" que desde el comienzo de la historia se ha utilizado en multitud de ocasiones. Siempre que se elabora una lista se tienen en cuenta a los 10 mejores, para obtener la mejor calificación se tiene que sacar un 10, son los primeros números que se aprenden cuando estudias un idioma, la tabla de los diez mandamientos, muchas operaciones matemáticas tienen como base este número... y así hasta completar una infinidad de razones por las que el 10 provoca una mayor atención del público.


De este modo, tanto Podemos como Ciudadanos han elegido este número para mostrar su propuesta de cambio. Quizás se han sentido inspirados porque el diez también está relacionado con el fin de un ciclo, lo que ambos partidos pretenden conseguir con la firma de estos documentos.