Planean rotación de alumnos en las aulas prefabricadas hasta ampliar el colegio de Golmayo

La circunstancia modular y externa no ha interferido en el desarrollo de las clases este año.

Interior de las aulas prefabricadas, dotadas con material necesario para dar las clases.
Interior de las aulas prefabricadas, dotadas con material necesario para dar las clases.
Luis Ángel Tejedor

Las aulas prefabricadas del CEIP Gerardo Diego de Golmayo han dado mejor resultado del temido a principio de curso. Lo certifica la mayoría de los padres, muchos de los cuales tenían "dudas" al comienzo del año académico, pero fueron disipadas gracias a una reunión mantenida con responsables del centro. Los progenitores están, en su mayoría, contentos porque así se lo han transmitido sus hijos, pues "no se han quejado de nada". Es más, una de las profesoras que ha dado clase en estas estructuras modulares admite: "El balance ha sido positivo". Desde la Dirección del centro, la perspectiva es la misma: "Todo ha funcionado bien".


Las instalaciones se encuentran dentro de perímetro vallado del recinto que alberga el colegio, en la zona de juegos de Educación Infantil. Próximamente habrá que hacer hueco a una tercera estructura provisional, pues la previsión de la Dirección General de Política Educativa Escolar es que la ampliación del centro escolar esté concluida antes de que comience el curso 2018-2019. La obra se pretende hacer en horizontal, con la construcción de un edificio anexo en una parcela aún por determinar para dar respuesta a las necesidades demográficas escolares de la zona. Cabe recordar que las instalaciones académicas acogen a los niños de Golmayo -con una buena parte de ellos de la urbanización Camaretas-, además de los del resto de sus once pedanías. Esta forma de intervención permitirá mantener la actividad en el centro educativo.


Como el año pasado la ampliación del edificio permanecía "en estudio", Educación optó por instalar las dos aulas prefabricadas como "medida provisional", pese a que finalmente esta circunstancias temporal se alargará más de lo previsto. El pasado miércoles, Educación hizo pública la licitación del concurso del proyecto de ampliación del colegio.


Dada la situación, desde la Dirección del centro se va a sugerir la "rotación" de los grupos de alumnos para los próximos dos cursos que quedan por afrontar en paralelo a la ejecución de las obras, según la información aportada a este periódico por la directora, Susana Orden Jiménez. La decisión, incidió, "no se ha tomado a la ligera" y la próxima semana se planteará ante el Claustro y el Consejo Escolar, con la previsión de que la iniciativa sea aprobada. La intención es que a estas aulas prefabricadas se destine a "un grupo de doble vía y a un grupo único" al ser "impares" las estructuras. Esta propuesta permitirá no sesgar grupos completos.Todo en orden

La directora del CEIP Gerardo Diego recordó que antes de que comenzara el curso 2014-2015 "se hizo una reunión con los padres" de los alumnos que se destinaron a las estructuras modulares, de 3º de Educación Primaria. "Se les explicó el porqué de la decisión", aprobada también por Claustro y Consejo Escolar, y "tras la reunión las dudas quedaron resueltas; quizá algunos padres lo rechazaban por desconocimiento".


Orden Jiménez apuntó que el espacio físico "es más grande", mientras observó que se dispone de todos los medios tecnológicos, a excepción de la pizarra digital, que en este caso se ve suplida con un cañón, como sucede en otras aulas. "El año pasado se hizo una inversión grande en pizarras digitales, pero se decidió ponerlas en las clases que no fueran temporales", matizó. "La calefacción eléctrica ha funcionado muy bien, así que tampoco se ha pasado frío".


Todas estas circunstancias fueron corroboradas por una de las profesoras que ha impartido clase este curso en las aulas prefabricadas, Ana Isla. "El balance ha sido positivo: no hemos pasado frío en absoluto ni tampoco se ha filtrado la lluvia; hemos contado con medios técnicos suficientes y han funcionado de maravilla", dijo para admitir que, quizá, "los únicos inconvenientes son los baños -que están en el interior del colegio y hay que salir a la calle- y que estamos en el patio de Infantil". También aludió a que "el sentir ahora es la necesidad de que los grupos vayan rotando", siempre y cuando "sean poco numerosos". Este curso en cada estructura modular ha cursado una quincena de escolares.Pocas quejas

Los progenitores consultados por este periódico, en general, expresaron su conformidad, pese a que urgen el desarrollo de la ampliación de las instalaciones escolares. "Ellos -los alumnos- están contentos, nunca se han quejado e incluso a veces han estado más calientes que dentro del colegio", decía una madre a la puerta de las aulas para demandar diligiencia a la Administración. "Lo que tienen que hacer es el colegio, que venga el dinero y ‘metan caña’ a las obras". Otra de las madres aseguraba que la solución le había parecido, "en principio, bien hasta que se amplíe, pero sin que tengan que ser siempre los mismos alumnos". A una de las abuelas, "ni bien ni mal; no me importa y mi nieto parece que está bien".


"Personalmente no me gusta, para una obra bien; pero no para un colegio; un año se puede tener, pero siempre a los mismos niños no porque es perjudicial", dijo uno de los padres para señalar otras cuestiones más técnicas como "la puerta" de las aulas, "que puede pegarles un golpe" por el retorno que tiene.