Modelos aragoneses para el cambio de la educación

Dos centros educativos, el CEIPGil Tarín de La Muela y el Colegio San Gabriel de Zuera, han apostado fuerte por los nuevos modelos de aprendizaje, que implican una renovación metodológica de la enseñanza. Su objetivo: aprovechar las nuevas tecnologías para adaptarse a las exigencias de la sociedad.

Modelos aragoneses para el cambio de la educación
Modelos aragoneses para el cambio de la educación

–Abrimos el libro por la página 67. ¿Quién quiere leer el enunciado?

–¡Yo, por favor, yo, yo... a mí... Este problema sí que lo he hecho!

–De acuerdo, ¿sales a hacer el ejercicio a la pizarra?

–Vale, ¿puedo coger la libreta?


Todos hemos escuchado y protagonizado este diálogo, y algunos de nosotros hemos representado ambos papeles –alumno y profesor– en diferentes momentos. Aún hoy, quienes adoptamos ambos roles día a día, seguimos interpretando este guión en las aulas. Sin embargo, hasta las mejores obras de teatro han necesitado ser adaptadas en cada momento al lenguaje propio del tiempo, y en educación esta tendencia sigue la pauta. La escuela de hoy debe adaptarse a la sociedad de hoy y servirse de los avances tecnológicos, lo que conlleva nuevos modelos de aprendizaje y cambios metodológicos en la enseñanza. Son muchas las familias, centros, profesores, alumnos y comunidades completas las que se esfuerzan e implican en este trabajo de adaptación. La mayoría lo hacen de forma completamente anónima y sin trascendencia mediática. Hoy, presentamos las experiencias de dos colegios aragoneses: el CEIP Gil Tarín de La Muela y el Colegio San Gabriel de Zuera, que han apostado fuerte por el cambio de modelo educativo.


‘Apprendemos tocando las mates’... y más


‘Apprendemos tocando las mates’ es el nombre del Proyecto de Innovación Educativa en el que trabaja un grupo de profesores del CEIP Gil Tarín de La Muela (Zaragoza). Motivados y coordinados por el profesor Juan Manuel Barrantes Ollauri, y apoyados firmemente por la junta directiva del centro, encabezada por Jesús R. Lafuente, se plantearon cómo hacer más atractivas las matemáticas a sus alumnos. Esa fue la idea inicial pero, como todo buen proyecto, sus objetivos enseguida se hicieron más ambiciosos. Ahora, ese cambio metodológico experimentado se ha extendido a las asignaturas de Inglés y Lengua.


¿Qué hacen de especial estos maestros?


Pero, ¿qué hacen de especial estos maestros? Pues utilizar el potencial que les brinda la tecnología para optimizar el aprendizaje de sus alumnos, haciéndolo más personalizado, cooperativo y motivador. Con ese objetivo, el centro ha realizado un esfuerzo importante adquiriendo tabletas para todos los alumnos de 4º de Primaria y optimizando la Red para poder trabajar con una buena plataforma de contenidos, llamada ‘Snappet’. En esta plataforma, el profesor puede seleccionar los contenidos que quiere trabajar con sus alumnos, reordenarlos, añadir otros nuevos... El abanico de posibilidades es muy amplio: desde utilizar los contenidos tal y como los han diseñado las editoriales, eligiendo la que más convenga a los escolares, hasta confeccionar su propio temario y ejercicios. Una vez seleccionadas las actividades, los profesores disponen de un panel de control en el que pueden apreciar, completamente actualizado, el progreso de los alumnos en las diferentes actividades. Verde: el alumno ha realizado el ejercicio bien a la primera; amarillo: corrige el error en el segundo intento; y rojo, si tras el segundo intento sigue fallando. Así, si un alumno necesita una ayuda puntual, lo saben de inmediato; y también detectan rápidamente si una actividad resulta difícil para la mayoría, de manera que pueden explicarla para el conjunto de la clase. Si hay algún alumno que avanza con facilidad, este puede adoptar el papel de profesor para esa actividad en concreto, o seguir haciendo actividades adaptadas a su nivel.


Con estas herramientas a su disposición, el cambio metodológico se está produciendo de forma natural. "Los alumnos crean sus propios contenidos en Ciencias Sociales, individualmente o en grupos, con aplicaciones como Storify", comenta Juan Manuel Barrantes, coordinador del proyecto. El profesor apenas explica ya; abandona el papel de transmisor de conocimientos para adoptar de lleno nuevos roles más motivadores y acordes con los tiempos que corren: los de entrenador y guía. Se dedica a ayudar a los alumnos, que aprenden a su ritmo y de forma autónoma, dando sentido, rigor y unidad a todo lo que ellos descubren.


Alumnos muy motivados por aprender


Si hablamos de motivación, los resultados son, cuando menos, esperanzadores. "¿Sabes cuántos ejercicios de matemáticas han realizado los chavales de este grupo en lo que llevamos de curso?, pues 8.000", apunta Juan Manuel, mientras sus alumnos de 4º de Primaria, se esfuerzan, en grupo, por hallar el número de diagonales que tiene un decágono, utilizando la fórmula Dn=n· (n–3)/2. Al mismo tiempo, Nacho Perdices –profesor implicado también de lleno en el proyecto– resuelve las dudas de los alumnos de manera individual, sugiere cómo se puede resolver el ejercicio, gestiona los turnos de palabra... Sin embargo, sus explicaciones dirigidas a toda la clase en conjunto, no sumaron más de cinco minutos en toda la hora.


Otro aspecto destacable es que los alumnos comienzan a ver los dispositivos móviles desde otro prisma. Ahora, no solo son dispositivos para jugar, ver vídeos, fotos y chatear. Ahora, son pontentísimas máquinas que les ayudan a aprender, a compartir conocimientos y a consultar dudas. Además, al utilizarlos diariamente, los niños sacian en cierta medida su sed digital, y lo hacen con agua de manantial, es decir, con contenidos educativos, y no bebiendo de cualquier grifo–Internet sin control y redes sociales no aptas para su edad–. "Cuando llega a casa, mi hijo prefiere hacer cosas que no tengan nada que ver con el móvil o la tableta, como jugar al fútbol o salir con los amigos a la calle", dice el profesor Juan Manuel que le comentaba el padre de uno de sus alumnos.


Aunque el proyecto se ha promovido en 4º de Primaria, su ambición, a medio plazo, pasa por lograr la implicación de todo el centro; y, en este sentido, la labor del profesor Domingo Santabárbara ha sido fundamental desde Educación Infantil. Se inicia pues, así, un camino muy interesante que merece la pena seguir en el CEIP Gil Tarín.


COMO auténticos Sherpas digitales


Pero, si se trata de un cambio tan positivo, ¿por qué no avanzamos todos en la misma línea? Salirse la norma y andar por caminos poco transitados garantizan siempre una buena cantidad de trabajo extra. Desde buscar tabletas que se adapten a los requisitos mínimos para funcionar, investigar sobre plataformas de contenidos, buscar ofertas que satisfagan a todas las partes, combinadas con multitud de opciones de pago... hasta cuadrar los horarios de los profesores para poder utilizar los dispositivos adquiridos. Y es que, hasta hace poco, en el Gil Tarín no podían conectar más de 20 tabletas a un punto de acceso wifi sin que la red se colapsara. También han conseguido salvar este escollo a base de horas de trabajo extra, de invertir su tiempo libre buscando soluciones. Después de que el Departamento de Educación les instalara la segunda línea Adsl, procedieron a reconfigurar la red de puntos de acceso wifi, utilizando dispositivos que ellos mismos habían encontrado, después de horas y horas de investigación, de similares prestaciones y mucho más económicos que los ofertados por la empresa instaladora. "No me importa hacer de sherpa digital, pero quiero que nuestras horas de trabajo les ahorren penas al resto... Echamos en falta soluciones institucionales, que permitan, de verdad, la llegada de la escuela 2.0", concluye Juan Manuel Barrantes.


Prepararse en casa para participar en clase


La inmediatez de las correcciones, las herramientas de creación que tanto facilitan el trabajo colaborativo, los recursos de Internet..., todo ello conduce hacia nuevos paradigmas educativos. Hoy en día, se puede aprender desde cualquier sitio; pero, entonces, ¿para qué ir a la escuela? ¿Qué tenemos en nuestros colegios que no tengamos fuera? La respuesta es sencilla, personas que comparten un objetivo común: crecer aprendiendo.


Con esta idea en mente el Colegio San Gabriel de Zuera (Zaragoza) ha puesto en marcha este curso su proyecto ‘Flipped School’, cuya traducción más cercana sería: ‘Escuela invertida’. Según este modelo educativo, los alumnos se preparan en casa para participar en clase; en el colegio aplican lo aprendido colaborando con compañeros y profesores, y, de vuelta en casa, verifican su comprensión y amplían su aprendizaje. Los contenidos a aprender están colgados en una plataforma o se envían de manera individual al alumno. De esta manera, si no puede acudir a clase por estar enfermo o por cualquier otra razón, el alumno puede seguir el avance de la clase y estar en contacto gracias a las nuevas tecnologías. Este replanteamiento del espacio y el tiempo utilizado en la escuela, ha llevado al centro a poner en práctica metodologías activas centradas en el aprendizaje y no tanto en la enseñanza. Y es que, como apunta el gurú Ken Robinson: "La gracia de la educación es que la gente aprenda". Si esto no ocurre, es como hacer dieta sin preocuparnos de si estamos perdiendo peso. Para que los alumnos aprendan, en el Colegio San Gabriel trabajan las inteligencias múltiples en todas las áreas, poniendo en marcha proyectos que implican tanto a escolares y profesores del mismo curso como a personas de distintos niveles educativos.


Ejemplo de superación y entendimiento


La historia reciente de este colegio concertado es todo un ejemplo de superación, entendimiento entre distintos colectivos y voluntad de mejora. Hace seis años el centro se estaba quedando sin alumnos, esperando su cierre. Ante esta perspectiva, los padres Pasionistas, que conservan la titularidad del centro, entraron en contacto con Mt Educación y Formación para dar un giro de 180º. Esta entidad, dedicada entre otras cosas a la gestión integral de centros educativos, fichó a Mª Carmen Martínez como directora para que liderara el cambio metodológico. Analizando el punto de partida, se pusieron manos a la obra aplicando sus ideas, primero, en el trabajo con el profesorado. Esta tarea de búsqueda de nuevos modelos educativos y de introspección constante ha durado cinco años, que se dice pronto. Cinco años preparando, formando, involucrando, armando un equipo humano motivado y cohesionado. En palabras de Jorge Drexler: "En tren, con destino errado, se va más lento que andando a pie". Caminando con paso firme y seguro, este núcleo gestor y pedagógico ha conseguido crear un espacio de trabajo en el que el equipo docente se siente parte activa e importante del futuro del centro. Profesores que "no solo han aceptado de buena gana el cambio, sino que han acabado pidiéndolo ellos mismos", comenta Sofía Temprado, Presidenta del Grupo Mt.


Con la paciencia que requiere el trabajo bien hecho, han esperado todo un lustro para poner en práctica con alumnos todo lo que han investigado y trabajado durante ese tiempo. Este curso, siguiendo la nueva hoja de ruta, los alumnos de 1º, 3º y 5º de Primaria y de 1º y 3º de ESO han recibido un Ipad cada uno; se han instalado televisores de gran tamaño con Apple TV, para que cualquiera pueda proyectar lo que tiene en su dispositivo; han renovado el mobiliario, con mesas y sillas con ruedas, más ligeras, que dan una mayor versatilidad en el agrupamiento y disposición del alumnado; han pintado las paredes con colores vivos y atractivos, cambiado suelos, bajado techos...


Cambios, que se han ido produciendo poco a poco y que son la parte visible de la vitalidad que inunda todo el colegio. "La inversión por parte de los Padres Pasionistas ha sido muy importante", apunta Mª Carmen Martínez, directora del centro. Además del aporte económico, esta voluntad de aunar fuerzas en pos de la mejora, se percibe en numerosos detalles. Sin ir más lejos, la capilla del colegio, además de desempeñar su función genuina, hace las veces de comedor de Infantil y la zona del altar oficia como eventual escenario de teatro. Los alumnos incluso pueden hacer uso de la cafetería y del entorno privilegiado con el que cuenta el centro para celebrar sus cumpleaños por la tarde.


La inversión económica y de tiempo, formándose con especialistas en educación como Raúl Santiago y Daniel Amo, sin duda está dando resultados. En una visita al renovado colegio, pueden observarse todos esos detalles que no se cuentan, cosas que hay que percibir con los cinco sentidos: cambios de clase con alegría pero sin ruido;alumnos que paran a la directora por los pasillos para decirle lo mucho que les ha gustado la representación de los compañeros de 3º o para enseñarle sus gusanos de seda; niños explicando ellos mismos con soltura sus trabajos y creaciones;paredes repletas de trabajos hechos por los alumnos; aulas abiertas...


‘Cuenta conmigo’ y ‘un día en la profesión de...’


Y el cambio se nota. "Ahora, es mucho mejor. No es tanta ‘chapa’ como antes, en plan teoría. Ahora trabajamos en grupo y aprendemos más", argumenta de forma totalmente espontánea Juan Carlos, alumno de 3º de ESO. El año que viene, él será tutor de un alumno de 1º de ESO, como parte del proyecto ‘Cuenta conmigo’, organizado desde el Departamento de Orientación, y en el que los alumnos de 4º ayudan a los de 1º a adaptarse a la nueva etapa, preocupándose por el bienestar de sus compañeros y tomando conciencia de que son el espejo en el que muchos pequeños se miran. Guiados por sus compañeros mayores e inspirados por este entorno motivador, los alumnos sueñan con la profesión que querrán desarrollar en un futuro, y tienen la oportunidad de pasar ‘Un día en la profesión de...’, otro proyecto gracias al cual pueden vivir su vocación, acompañando a un profesional durante todo un día de trabajo. Estos son solo dos de los muchos proyectos que llevan a cabo... Y es que, poco a poco, toda esta comunidad va transformando de manera integral su forma de entender la educación. Ahora, les resulta más sencillo y atractivo organizar unas elecciones y llevarlas a cabo –creando partidos políticos, haciendo campaña, votando y pactando– que estudiar la teoría del sistema electoral y la Ley D’Hont.


En proyectos como el desarrollado en este centro, que implican a toda una comunidad educativa, se tiene la oportunidad de tomar conciencia de cómo se puede trasformar el entorno, si todos trabajan unidos en una misma dirección, llegando a cotas de excelencia inalcanzables mediante el trabajo individual. Sin embargo, la labor de aglutinar voluntades no es sencilla. Hay que conocer en profundidad el sector educativo. "Cada uno tiene que saber la posición que ocupa –defiende firmemente Sofía Temprado, responsable de la entidad que ha obrado el cambio–. Yo no puedo hacer las labores de directora del centro; la directora no puede hacer cosas que corresponden a mi puesto; y un profesor no debe lidiar con la gestión del colegio".


Y los resultados... ¿qué hay de los resultados? Obviamente han mejorado. Cuando se trabaja contento, según tu ritmo e intereses, la mejora de los resultados es la consecuencia natural. Es decir, justo lo que siempre debería ser, una consecuencia, no un objetivo.