Los jóvenes aprendices del Circo Social del Casco

Más de un centenar de chavales de San Pablo y la Magdalena de Zaragoza exhibieron sus juegos malabares y equilibrios ante un público entregado.

Número que ejecutaron los chavales, durante el desfile inaugural, en el patio Las Armas.
Los jóvenes aprendices del Circo Social del Casco
Aránzazu Navarro

Chavales de 10 y 11 años que parece que llevan toda la vida andando a paso ligero sobre unos zancos. Mimos con rostros blancos y pajaritas negras que en unos minutos construyen torres humanas y ejecutan ejercicios con agilidad y coordinación. Alguna que otra nariz de ‘clown’, caras pintadas, carretillas humanas, juegos malabares y hasta un auténtico hombre bala.


Son algunas de las fotos fijas que proporcionó ayer la jornada inaugural del IV Circo Social del Casco Histórico de Zaragoza. Tras un colorista desfile, con una parada obligada en la plaza de Las Armas para la foto de familia, el espectáculo se subió al trapecio en el solar que lleva el nombre de esta singular iniciativa que desde 2012 funciona en los barrios de San Pablo y la Magdalena. Fue la tarde perfecta para que mostraran sus habilidades el centenar de niños y jóvenes, de entre 8 y 20 años, que se inician en disciplinas como el teatro, danza, equilibrios, malabares, ejercicios aéreos y acrobacias. A ellos se sumaron alumnos de colegios a los que estas técnicas se han incorporado como actividad escolar, como los del Carmen y San José y Tenerías.


Más allá de la espectacularidad de los números y las exhibiciones de buena técnica, el circo se convierte aquí en un juego y una estrategia de transformación comunitaria, social y cultural. "A través de estas disciplinas se transmiten valores positivos como la superación y la perseverancia, además de otros basados en el trabajo en equipo, como la confianza en los demás y la cohesión del grupo", cuenta Javier Gracia, uno de los coordinadores de esta peculiar escuela.


Las actividades continúan hoy y por la mañana se suman a la celebración del Día del Deporte en la Magdalena. El punto de encuentro es el Parque Bruil, donde desde las 11.00 uno se puede apuntar a talleres de circo y ‘parkour’ y luego ver las evoluciones de los aprendices más pequeños.


Por la tarde, la fiesta se traslada al solar circo social y la plaza interior de Las Armas. Desde las 16.30, se podrán crear figuras circenses con vinilos, hacer equilibrios sobre la bola, el rulo y el cable y hasta atreverse con la capoeira. A las 19.30, Noxtrasladamus presenta su montaje ‘Concursando’ y, a las 20.15, el concierto de Gancho Drum servirá de despedida.