​Ningún escritor se presenta al premio literario en aragonés y catalán de la DGA

El Arnal-Cavero-Guillem Nicolauno despierta el interés de los autores por segundo año.

El premio literario a obras escritas en aragonés o catalán, convocado por la DGA, no ha despertado, de nuevo, interés entre los autores. Igual que ocurrió en la pasada edición, nadie se ha presentado al galardón Arnal Cavero-Guillem Nicolau, de carácter honorífico desde hace dos años, por lo que el Ejecutivo autonómico ha decidido dar por cerrado el expediente y declararlo desierto por falta de participantes.


Esta convocatoria acumula ya tres años de declive. En 2013, la nueva fórmula que se acordó para los premios Miguel Labordeta (de poesía en castellano), Arnal Cavero (literatura en aragonés) y Guillem Nicolau (en catalán) se tradujo en fracaso, después de que los escritores dieran la espalda a unos galardones, que, hasta entonces, estaban consolidados tras años de trayectoria.


En aquel momento, el departamento de Educación y Cultura optó por suprimir la partida económica destinada a ellos: el ganador del Miguel Labordeta recibía 6.000 euros y los del Arnal Cavero y Guillem Nicolau, 3.000 cada uno. También quedó sin dotación el Premio de las Letras Aragonesas. Además, la convocatoria de 2013 incluía otra novedad :la fusión de los premios Arnal Cavero y Guillem Nicolau, una decisión que, al parecer, no gustó ni a los escritores en las distintas modalidades de aragonés ni en catalán.


Prueba de ello fue que en esa convocatoria de 2013, solo se presentaron dos personas a este galardón. El jurado, indicando que no reunían los requisitos necesarios para alzarse con el galardón, declaró desierto el premio. De dos participantes se pasó a cero en 2014.


Para la edición de 2015, el Gobierno de Aragón publicó a principios de febrero esta convocatoria, que, según figura en el texto oficial, está dirigida a "estimular la creación literaria en cualquiera de las lenguas y sus modalidades lingüísticas propias de Aragón". En esa orden, se establecía que el premio Arnal Cavero-Guillem Nicolau tiene "carácter honorífico", entregándose un diploma acreditativo. La obra premiada, tal y como figuraba en las bases, estaría libre de derechos de edición, de manera que pudiera ser publicada por cualquier editorial con la que llegara a un acuerdo el autor.


El acuerdo de declarar desierto tanto este galardón como el Labordeta se adoptó en el Consejo de Gobierno del 21 de abril, cuando se dio a conocer a los ganadores del premio al libro mejor editado (‘Zaragoza, años veinte’) y a la mejor trayectoria profesional en el sector del libro (editorial Olifante). El BOA publicó ayer el cierre administrativo del expediente.