​Francisco Ponzán Vidal

Hoy recordamos a Paco Ponzán, maestro oscense y heroe de la resistencia en Francia.

?Francisco Ponzán Vidal
?Francisco Ponzán Vidal

Tengo sobre la mesa de mi despacho la fotografía de un joven que camina con paso decidido mientras lía un cigarrillo. Me gusta mirar esta fotografía porque ese joven es un maestro oscense, Francisco Ponzán Vidal (Oviedo, 1911–Toulouse, 1944).


Miro la fotografía de Paco Ponzán y tengo la certeza de que era como nosotros. Frecuentemente la historia nos roba a las personas y nos devuelve a unos personajes que apenas tienen nada que ver con nosotros ni con la gente que conocemos. Sin embargo, mirando la fotografía de Ponzán sé que todos aquellos hombres y mujeres eran como nosotros: tenían sueños, quisieron ser mejores, pretendieron una sociedad más justa, se sintieron tristes, se enamoraban, a veces se echaban de menos y solo encontraban consuelo en las palabras.


Ponzán estudió magisterio en la Escuela Normal de Huesca. Allí conoció a Ramón Acín, abrazó el credo libertario y se afilió a la CNT. Trabajó como maestro en Castejón de Monegros, Ipas y en Camelle (La Coruña). Cuando empezó la Guerra Civil Ponzán huyó de Huesca y en Caspe, sede del Consejo de Aragón, se enamoró de Palmira Plá, la maestra que dirigió las colonias escolares. Se enamoraron con un amor que les duró dos guerras, un amor que a veces les consolaba y otras les hacía sentir la amarga mordedura de la separación.


Héroe de la resistencia


Durante la Segunda Guerra Mundial Paco Ponzán dirigió una red de hombres que pasaba a personas perseguidas en Francia al Reino Unido. Palmira Plá pudo abrazar a Ponzán unos días antes de que los nazis hicieran subir a medio centenar de personas en unos camiones, las condujeran a un bosque próximo a Toulouse para asesinarlas. Ponzán tenía 33 años, había sufrido dos guerras, la pérdida de algunos de sus amigos, la separación de su gran amor y, dos días antes de que los nazis abandonaran Toulouse, unas semanas antes de que los españoles entraran en París con aquellos tanques llamados Guadalajara, Don Quijote o Teruel, fue asesinado.


Los gobiernos de Francia, Reino Unido y Estados Unidos reconocieron el compromiso de Ponzán con la libertad frente el nazismo. La ciudad de Toulouse le dedicó recientemente una calle. Lo que más me impresiona de la historia de Paco Ponzán es el fragmento del testamento que redactó en diciembre de 1943, estando preso en la prisión militar de Fourgolle (Toulouse): "…Deseo que mis restos sean trasladados un día a tierra española y enterrados en Huesca, al lado de mi maestro, el profesor Ramón Acín, y de mi amigo Evaristo Viñuales".