La limpieza de la rambla del Jorgito, aplazada ante el riesgo de más tormentas

La calle está impracticable por la acumulación de grava y barro. El Ayuntamiento contrata maquinaria pesada para retirar los sedimentos.

El pavimento de la rambla del Jorgito, impracticable por la presencia de sedimentos de la riada.
El pavimento de la rambla del Jorgito, impracticable por la presencia de sedimentos de la riada.
l. r.

La rambla del barrio del Jorgito de Teruel permaneció ayer impracticable para todo tipo de vehículos al quedar cubierta con una capa de hasta cuarenta centímetros de sedimentos depositados por la avenida registrada el pasado lunes debido a una fuerte tormenta. El Ayuntamiento aplazó hasta hoy la retirada de los acopios de grava y barro que cubren la calle ante la previsión de nuevas tormentas durante la jornada, un riesgo que, finalmente, no se materializó.


La pareja residente en la única vivienda habitada a pie de rambla –cuyo cauce coincide con una calle– manifestó su malestar por la pasividad municipal ante los depósitos de piedras y lodo que les impiden acceder con vehículos a su casa. La inquilina del inmueble, Paula Soto, dijo que desde el Consistorio le dijeron que "para qué iban a limpiar si con las tormentas previstas se iba a volver a llenar de sedimentos".


Soto advirtió de que si se producen precipitaciones intensas, debido a los depósitos de piedras y fango, el nivel del agua subirá respecto a la altura que registró el pasado lunes "y se meterá dentro de casa". En la última crecida, el agua no llegó a entrar en la vivienda, aunque sí penetró en la cochera y en un inmueble vecino utilizado como peña juvenil.


Los vecinos más amenazados por los desbordamientos de la rambla han encargado un estudio hidrológico que concluye que el tubo de desagüe que canaliza el agua del torrente es insuficiente para el caudal que registra. Según el informe, el barranco puede alcanzar hasta los 20 metros cúbicos por segundo con un periodo de retorno de 500 años, cuando la capacidad de la conducción, construida por Fomento y que discurre por debajo de la N-234, es de 13 metros cúbicos. Los afectados piden una solución definitiva que acabe con las inundaciones o que, al menos, minimice su impacto.


La concejala delegada de Barrios, Rocío Féliz de Vargas, que visitó el Jorgito para conocer el alcance de la riada y sus consecuencias, se mostró partidaria de convocar una reunión entre las tres administraciones implicadas en la resolución de los problemas de barrio: el Ayuntamiento, la Confederación Hidrográfica del Júcar y el Ministerio de Fomento.


Féliz de Vargas explicó que el Ayuntamiento contratará maquinaria pesada para retirar hoy mismo las toneladas de piedras y barro que la riada dejó sobre el pavimento. La concejala consideró, no obstante, incomprensible que las viviendas pudieran construirse junto al cauce de un torrente, como ocurre en el Jorgito.


Los vecinos de la zona baja del barrio se muestran preocupados por la reiteración de las avenidas, en algunos casos poniendo en peligro la vida de las personas. En septiembre de 2014, el tubo de desagüe se taponó cuando el torrente arrastró dos coches y se produjo un remanso de agua que dejó aisladas dos casas habitadas.


Paula Soto explicó que cuando alquiló su vivienda a principios de año le dijeron que riadas como las de septiembre de 2014 "era difícil que pudieran repetirse otra vez". Sin embargo, en lo que llevamos de año ha sido testigo de dos trombas de agua; la última, el pasado lunes, alcanzó una virulencia que la "asustó de verdad".


El Ayuntamiento tomó algunas medidas de precaución a raíz de la riada de 2014, como colocar señales que advierten de que la calle por la que discurre la rambla es "zona inundable" y que prohíben aparcar en la zona. Los vecinos consideran insuficiente esta advertencia porque, en el mismo curso del torrente pero aguas arriba del casco urbano, los coches siguen aparcando y, en caso de una fuerte tromba de agua, serían arrastrados hasta el tubo de desagüe con el consiguiente peligro de atascarlo.


Una mujer explicaba ayer tras el tabique improvisado en la puerta de su finca para evitar la entrada de agua en caso de nuevas tormentas que "hay que dar una solución al problema de una vez por todas". La concejala de Barrios compartió la necesidad de tomar medidas para evitar que las inundaciones por las crecidas de la rambla del Jorgito se repitan con cada tormenta, pero recordó que la solución tendrá que implicar a las tres administraciones con competencias en la materia.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión