Riegos del Alto Aragón reclama las obras pendientes en su Día del Agua en Bujaraloz

Unas 1.200 personas, participaron en esta jornada de fiesta y reivindicación. César Trillo exigió "mayor celeridad" y criticó la "mala planificación".

Una ronda jotera condujo a los participantes en el Día del Agua a la comida en el pabellón.
Una ronda jotera condujo a los participantes en el Día del Agua a la comida en el pabellón.
patricia puértolas

En la zona sur de Los Monegros, cientos de regantes expectantes esperan desde hace un siglo la llegada del agua. De las hectáreas afectadas, entre otros ejemplos, hay más de 6.000 que acumulan varios años con los hidrantes colocados sin que llegue la tubería de conducción. En este último caso, las tierras pertenecen a la comunidad de regantes Montes Negros, que tiene su sede en Bujaraloz, localidad en la que ayer se celebró con aires de fiestas y reivindicación el Día del Agua de Riegos del Alto Aragón.


Durante la actividad, que reunió a alrededor de 1.200 personas, entre ellos, cientos de agricultores, el presidente de la Comunidad General, César Trillo, volvió a exigir a los responsables políticos "mayor compromiso y celeridad" con las obras del Pacto del Agua. En su opinión, Monegros II sufre las "graves consecuencias" de los retrasos en la regulación del río Gállego, que resulta "imprescindible" para el conjunto del sistema, así como los efectos de "una mala planificación, en la que aquellos que toman las decisiones se han olvidado de obras fundamentales, entre ellas, la tubería de Valdurrios o las balsas laterales de la acequia de Ontiñena".


De forma reciente, cansados de promesas "incumplidas", los representantes de la comunidad Montes Negros se brindaron a financiar el 50% de la construcción de la tubería de Valdurrios, que tiene un presupuesto de casi 90 millones de euros y permitiría poner en regadío de forma inmediata las 6.100 hectáreas con hidrantes existentes en los términos municipales de Bujaraloz, Peñalba y Fraga.


En total, el sistema de Riegos del Alto Aragón contempla inversiones un valor superior a los 500 millones de euros y del conjunto, 268 deben destinarse a las actuaciones pendientes de Monegros II, que permitirán poner en riego más de 46.000 hectáreas en la zona sur y oriental de la provincia de Huesca. Dentro de ellas, además de la tubería de Valdurrios y las balsas laterales de Ontiñena, figuran la acequia de La Almolda o el sifón de Cardiel, que supondrá una inversión de 37,5 millones de euros y que permitiría dar uso al embalse de Valdepatao, concluido y de momento, sin utilidad. A la llegada de las infraestructuras de conducción, el embalse permitirá regar unas 6.000 hectáreas, el 80% en Fraga y el resto, en Ballobar.


Para Trillo, esta infraestructura es un ejemplo de los problemas de planificación, ya que considera que el embalse de Valdepatao "tardará varios años en entrar en servicio, lo que carece de sentido, ya que tenemos la acequia de Ontiñena sin balsas laterales o el sector VIII de Bujaraloz pendiente de una tubería de conducción". Ante ello, Trillo insistió en la importancia de "plantificar de forma adecuada, priorizar y ejecutar sin más demoras, ya que llevamos demasiado tiempo esperando y sus consecuencias son visibles en la zona sur de Los Monegros".

Homenaje a la mujer

La lucha por la llegada del agua se remontaba un siglo atrás y en ella, además de los agricultores o las nuevas comunidades de regantes, la mujer ha tenido gran protagonismo. De hecho, entre otros ejemplos, cabe destacar la movilización de un grupo de mujeres de Bujaraloz o la marcha de las denominadas canalistas de Lanaja, que se desplazaron a pie y en carros hasta la capital oscense para reivindicar el inicio de las obras dependientes de Riegos del Alto Aragón en 1915. A ellas y en general, a todas las que han contribuido a la supervivencia del medio rural, los promotores de la celebración del Día del Agua quisieron dedicar un sencillo homenaje. En concreto, se leyó un manifiesto y se entregó una rosa a cada una de las asistentes.


Asimismo, la festividad incluyó otras actividades, entre ellas, tiro al plato, almuerzo, misa baturra, ronda jotera, comida popular y café concierto. Después de ser suspendida durante cuatro años consecutivos con motivo de la crisis económica, la celebración, que alcanza su edición número 21, fue retomada el pasado año en Huesca. Desde su origen, ha permitido conmemorar la confluencia de los ríos Gállego y Cinca en el denominado Abrazo de Tardienta, un símbolo de la extensión del regadío e, incluso, de la unión de los usuarios de Riegos del Alto Aragón. De hecho, la jornada pretendió fomentar la convivencia entre todos los asistentes, en su mayoría regantes de las provincias de Huesca y Zaragoza.