El rey visita la Brigada Sanitaria en su despliegue en San Gregorio

Las maniobras White Snake consolidan las tácticas, técnicas y procedimientos de
las cuatro unidades, que tienen 600 militares.

El Rey contempla la descontaminación de un herido en ambiente NBQ, ayer, en San Gregorio.
El Rey contempla la descontaminación de un herido en ambiente NBQ, ayer, en San Gregorio.
oliver duch

El rey presenció ayer las maniobras White Snake (Serpiente Blanca) que realiza la Brigada Sanitaria en el campo de maniobras de San Gregorio con el fin de consolidar las tácticas, técnicas y procedimientos para agilizar la respuesta de apoyo al Ejército de Tierra en cualquier misión. Está compuesta por cuatro unidades, que tienen 600 militares y, de ellos, el 25% son mujeres.


Felipe VI, que llegó en un helicóptero Superpuma a las 10.30, estuvo acompañado en la visita durante casi tres horas por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Jaime Domínguez Buj, y el jefe de la Brigada Sanitaria, general Manuel Guiote.


Los responsables de la brigada mostraron al Rey desde la actuación de una ambulancia como célula de estabilización o hasta la de un helicóptero Cougar, preparado para evacuar a un herido crítico hasta un hospital de campaña con capacidad para tratar hasta 40.000 pacientes, pasando por la de un equipo quirúrgico de intervención rápida y una estación sanitaria de descontaminación NBQ para afectados.

Llegar al herido y evacuarlo

La teniente coronel Aurora Molina explicó a los medios que la Brigada Sanitaria se dedica a "cuidar la salud de los soldados" y "a llegar lo más cerca posible" para asegurar que los heridos "llegan vivos" hasta donde se les pueda asistir y hospitalizar. De esta manera, la oficial detalló que la ambulancia o célula de estabilización de los heridos en combate acuden hasta el mismo punto donde se ha producido. Allí le explicaron al rey cómo usan la telemedicina táctica para transmitir en tiempo real a los hospitales militares (de Zaragoza o el Gómez Ulla) los parámetros biomédicos a través de audios, vídeos e imágenes.


A continuación, don Felipe se desplazó a un helicóptero Cougar dispuesto para la evacuación de "una baja crítica", estabilizarla y salvarla. "Pueden llevarse uno o dos heridos en un helicóptero porque el otro (suelen ir dos aparatos para ser cubierto) va de apoyo", señaló la oficial. Estos días "han perfeccionado" la evacuación sanitaria en aeronaves como helicópteros y las unidades se han entrenado para "acelerar" la operatividad.


La teniente coronel Molina manifestó que las unidades sanitarias con capacidad pueden "empezar a trabajar en diez o quince minutos", una vez que llegan al terreno de operaciones, pero el despliegue completo puede culminarse en una hora u hora y media.


"Somos una brigada experimentada, en la que todos se llevan siete u ocho misiones, interoperable con la OTAN, ligera y flexible. El 93% de los profesionales se quedan en la unidad", destacó el comandante Jorge García.


Felipe VI se mostró muy interesado e hizo numerosas preguntas a lo largo de la visita a la Brigada Sanitaria, desde el ‘breafing’ que recibió al principio hasta cuando le explicaron la capacidad del hospital de campaña, donde llegan a trabajar 200 sanitarios. "Es como un hospital comarcal", le dijo el general Guiote, ante la pregunta del monarca sobre si tenía capacidad desde atender urgencias hasta ser un ambulatorio.


Asimismo, los militares explicaron que el Equipo Quirúrgico de Intervención Rápida (EQUIR), que cuenta hasta con dos quirófanos,realiza su misión de apoyo sanitaria mediante la estabilización, clasificación y cirugía de control de daños de la baja. Se utilizó en el terremoto de Lorca (Murcia) en 2011 para atender a los vecinos. "Podemos tener 40 ingresados y se realizan 20 intervenciones cada día", precisó el teniente coronel Francisco De Diego, integrante de la Agrupación Sanitaria 3 de Zaragoza. Llegaron a estar dispuestos al terremoto de Nepal, pero al final se desplazó la Unidad Militar de Emergencias.


La presidenta del Gobierno, Luisa Fernanda Rudi, acudió al campo de San Gregorio para saludar al Rey, quien se lo agradeció. Se sirvió un vino español y el monarca regresó en helicóptero.