La semana pasada impartió una conferencia a universitarios zaragozanos sobre la recuperación de la economía. ¿Ya se ha producido?

En economía, técnicamente hablando, se dice que empieza la recuperación cuando empieza un trimestre o dos con crecimiento consecutivo. En España llevamos ya siete trimestres en los que crece el PIB y no solo crece, sino que ha ido a más hasta alcanzar la tasa del 0,9% en el primer trimestre del año.

¿Cuándo se trasladará a la economía real, para que la noten los ciudadanos?

Los mejores datos macroeconómicos obviamente se trasladan instantáneamente a las personas, lo que ocurre es que no se trasladan a todos, sino a unos pocos. El año pasado se crearon 500.000 empleos netos, por lo que de los 5,4 millones de parados que había, 500.000 tuvieron la suerte de encontrar un empleo y notaron el inicio de la recuperación. El resto no notaron nada porque siguen parados.

¿Cree que ha funcionado la reforma laboral?

Digamos que ha dado pasos importantes en la flexibilidad, interna y en cuanto al despido, pero apenas se ha avanzado nada en la seguridad porque las políticas activas de empleo siguen siendo escasas, mal dotadas económicamente y bastante ineficientes en su utilización. Al desempleado aquí se le da el subsidio, se le apunta al Inem y si tiene suerte le van a dar unos cursillos, que a veces ni están relacionados con la actividad que hacía y le sirven de poco. De lo que se trata es de tutelar al trabajador para que rápidamente salga de esa situación. Hay que conjugar flexibilidad con seguridad para el trabajador, la llamada flexiseguridad.

¿Está entre los que piensan que ya se pueden subir los salarios como ha pactado la patronal y los sindicatos? ¿El 1% es razonable?

No hay que pensar si es razonable o no o si supone ganancia del poder adquisitivo. Sería deseable que las condiciones laborales se fijasen, siempre que sea posible, a nivel de empresa y menos a nivel de convenio. Las empresas y sus sindicatos saben perfectamente cuál es la situación de esa empresa. En un convenio provincial eso es muy complicado. No estoy diciendo implícitamente que a nivel de empresa se tengan que fijar salarios inferiores, a veces el aumento puede ser mayor que a nivel provincial.

Con un tejido empresarial de pymes y micropymes, ¿no quedarían muchos trabajadores desprotegidos?

Es complicado. También es necesario obviamente que existan convenios a nivel provincial o sectorial o acuerdos marco, pero en ellos se ha de considerar al menos cómo está la economía a nivel macroeconómico. En España, no podemos volver a las andadas y aumentar los salarios y los precios por encima de lo que aumenten en la zona del euro porque volveremos a tener problemas.

Usted ha defendido la necesidad de ahorrar más. ¿Ya no sirve el mensaje de consumir para reactivar la economía?

Es lógico que después de unos años con una caída tan fuerte del consumo las empresas estén deseando que se recupere, pero cuidado porque la economía es como la naturaleza: tiene que guardar siempre unos equilibrios. Tan malo es tener muy poco consumo como tener mucho. Por ejemplo, los alemanes tienen exceso de ahorro y eso también es malo, pero también era malo el defecto de ahorro que teníamos en España cuando teníamos el enorme déficit de balanza de pagos.

¿Todavía están demasiado endeudadas las familias y empresas españolas?

Sí. Y también las Administraciones Públicas. Esta economía ahora demanda ahorrar más de lo que está ahorrando porque necesita aumentar la inversión. Las empresas precisan invertir más porque si no, no se amplía la capacidad productiva del país y no contratan a más personal. Este aumento de la inversión hay que financiarlo. Si no generamos ahorro dentro del país tendremos que acudir otra vez, como en los años antes de la crisis, a financiarlo endeudándonos en el exterior. Esto no lo podemos hacer como lo hicimos antes porque nuestras deudas siguen siendo muy elevadas y tenemos que reducirlas. Para seguir devolviendo deuda y aumentar nuestra inversión tenemos que aumentar el ahorro.

Lleva casi dos décadas en la fundación creada por las antiguas cajas de ahorro, Funcas. ¿Coincide con los que auguran una segunda oleada de fusiones bancarias?

Posiblemente. Ahora se plantea otro reto al sistema bancario, el de la rentabilidad, que ha caído muchísimo. La gente piensa que los bancos tienen enormes beneficios, pero los tienen porque son muy grandes. La rentabilidad hay que medirla siempre en términos relativos, sobre el capital, los recursos... Estos ratios se han reducido prácticamente a la mitad en estos últimos años, aunque a lo mejor es que eran muy altos.

¿Qué retos le quedan a la economía?

La economía española nos está sorprendiendo porque no creíamos que la recuperación ganara la fuerza que está ganando, pero cuidado, no nos ofusquemos con este crecimiento que estamos observando a corto plazo del 3%-3,5%, porque se debe a factores que en gran parte pueden ser transitorios. Por ejemplo, el precio del petróleo. No pensemos que va a seguir bajando, al revés. Además, hay una rebaja fiscal este año y el que viene, pero no todos los años. Y cuando hay una recesión tan fuerte lo que se genera en una economía es una brecha de producción. Cuando se acaben los impulsos transitorios y este exceso de capacidad productiva, que puede durar dos o tres años, podemos tener más problemas para mantener estos ritmos de crecimiento. Y la economía necesita tener ese ritmo de crecimiento para crear empleo.

¿Qué previsiones tiene para Aragón?

En Aragón también ha empezado la recuperación y el ritmo es superior a la media nacional. Si pensamos en algo más de un 3% para el conjunto de España, un 3,5% para Aragón entra dentro de lo posible.