Grecia se enfrenta a una semana clave de diálogo y de importantes desembolsos

Varufakis se compromete al pago de 450 millones de deuda al FMI tras reunirse con Lagarde el domingo.

Un hombre pasa ante una caricatura de Tsipras, ayer.
Grecia se enfrenta a una semana clave de diálogo y de importantes desembolsos
K. T/Reuters

El Gobierno griego inició ayer una semana clave de negociación con sus acreedores, en la que deberá afrontar un pago al Fondo Monetario Internacional (FMI), una complicada subasta de Letras del Tesoro, además de prepararse para el desembolso de salarios y pensiones el próximo día 15. Tras las especulaciones de los últimos días acerca de una posible solicitud de aplazamiento del pago al FMI, lo que hubiera acercado a Grecia a la quiebra, el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, dejó claro el domingo que el pago de los 450 millones de euros se efectuará, tal y como estaba previsto, el jueves.


"Grecia tiene la intención de cumplir todas sus obligaciones frente a sus acreedores para siempre", dijo Varufakis en Nueva York tras reunirse con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. Con ello quiso poner punto final a la incertidumbre generada por las ambigüedades alimentadas en este tema por el propio Gobierno de Syriza.


El primer ministro, Alexis Tsipras, había contribuido a este debate al advertir en una carta escrita a sus socios de la eurozona que si Atenas no recibía pronto ayuda debería optar entre cumplir sus obligaciones y pagar salarios y pensiones. En total, Grecia debe pagar en abril 1.700 millones en salarios y pensiones, de los que la mitad se desembolsaron ya el 1 de abril, y los restantes 850 millones deberán abonarse el 15 de abril.


El próximo miércoles, el Estado afronta además una complicada subasta de Letras del Tesoro a seis meses que deberán sustituir 1.400 millones que vencen el próximo día 14. Si las últimas subastas de Letras ya se presentaron problemáticas, porque el Tesoro hubo de colocarlas a intereses cada vez más altos, ahora se añade el problema de que el Banco Central Europeo (BCE) ha ordenado a las entidades financieras griegas –inversores extranjeros apenas hay– no comprar bonos helenos.


Con esto, el BCE, que ya había dejado de aceptar la deuda griega como aval en las operaciones de refinanciación, ha dificultado aún más el acceso a la liquidez. Desde que el Banco Central Europeo dejara de aceptar los bonos griegos, los bancos ya prácticamente solo pueden financiarse a través de la asistencia de liquidez de emergencia.


Por su parte, el ministro griego de Trabajo, Panos Skurletis, aseguró ayer que el Ejecutivo heleno no dará marcha atrás "ni un milímetro" en las negociaciones con los acreedores en materia laboral.