II English Science Fair

Nueve colegios aragoneses han participado en II Feria de Ciencias en Inglés, un programa que invita a escolares y maestros a poner en marcha nuevas metodologías, basadas en procesos cognitivos críticos y creativos, y en el desarrollo de la competencia lingüística en lengua extranjera.

Imagen de la II Science Fair, celebrada el pasado 17 de marzo, en la Facultad de Educación de Zaragoza
II English Science Fair
Carlos Muñoz

Tienen entre 10 y 12 años y presentan y defienden sus proyectos ante el público y ante un jurado, micrófono en mano, en inglés. Estamos en Science Fair, la feria científica en inglés que, en su segunda edición, reunió el pasado 17 de marzo, en la Facultad de Educación de Zaragoza, a jovencísimos estudiantes de Primaria (4º, 5º y 6º) procedentes de colegios de las tres provincias aragonesas. Algo nerviosos, pero resueltos y con la autoestima por las nubes, cada uno de los nueve equipos desarrolló sus demostraciones, explicando los métodos utilizados en su investigación y respondiendo a las preguntas que les hacía el jurado, insistimos: en inglés, sobre la capacidad pulmonar, la elaboración de perfumes o la investigación sobre el pegamento con el que se realizó la fallida restauración de la barba de Tutankamón. Y al frente de tanto entusiasmo, trabajo y fascinación: Belén Enbid, maestra y coordinadora del proyecto bilingüe MEC–British Council del CEIP bilingüe José Antonio Labordeta de Zaragoza, que nos desvela que el verdadero secreto de Science Fair "está en las nuevas metodologías de aprendizaje utilizadas en el aula, basadas en la experimentación y en los procesos cognitivos creativos, vinculadas con el desarrollo de la competencia lingüística en lengua extranjera, en este caso, en inglés". "Se trata de facilitar contextos –explica–, donde los escolares puedan crear, imaginar y desarrollar sus propias ideas y proyectos". Este nuevo modelo de aprendizaje, en el que el libro de texto es un recurso más, se refleja en el día a día en el aula transformando por completo el rol del profesor, de los alumnos y el propio paradigma educativo. "Nos conduce –argumenta Belén– a centrarnos en la experimentación y en contenidos vivenciales. Empezamos desde 1º de Primaria a trabajar la observación, cogiendo las lupas y saliendo al recreo, al huerto, analizando lo que vemos, lo que podemos percibir con los sentidos". Y, así, los chavales consiguen llegar a 6º con todas esas destrezas analíticas y científicas desarrolladas ( formular hipótesis, conclusiones...), que les permiten crear sus propios proyectos, y muy motivados por este tipo de iniciativas, como Science Fair. Porque, según Belén:"La clave es la emoción. Sin emoción no hay aprendizaje". El proyecto, que cuenta con el apoyo incondicional del Departamento de Educación de la DGA, ha logrado involucrar al Instituto de Nanociencia de Aragón y al grupo de investigación Beagle, del Departamento de Didáctica de Ciencias Experimentales de la Facultad de Educación: los futuros maestros, que se vuelcan con los escolares, organizándoles talleres y exposiciones. ¿Y qué piensan de todo esto los alumnos? Pues que expresarse en inglés no les supone un esfuerzo extra –llevan aprendiéndolo desde los 3 años "en el cole"–, que lo que de verdad les cuesta es preparar el experimento, el procedimiento.


¿Por qué una feria de ciencias?


"Nuestro reto como docentes –responde Belén Embid, del CEIP Labordeta– es formar personas críticas, autónomas, pensantes y creativas. El modelo puramente memorístico tiene que dar paso a una metodología que favorezca el desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo, con el que los alumnos adquieran una agudeza perceptiva, control emotivo y cuestionamiento analítico. Una feria de ciencias ofrece el escenario perfecto para desarrollar esta metodología en el aula y motivar a alumnos y profesores. Las clases dejan de ser patrones lineales de respuesta única y memorística. La enseñanza del área de Ciencias posibilita diferenciar opiniones de hechos, plantear la necesidad de lanzar teorías, argumentar razones, deducir, inducir, criticar y, por supuesto, buscar preguntas y soluciones creativas a la realidad estudiada". Podéis seguir el desarrollo de esta iniciativa en:http://sciencefairlabordeta.blogspot.com.es/.


Metodologías activas


Pero... ¿cómo conseguir que los alumnos desarrollen estas habilidades del pensamiento? Belén Embid lo tiene muy claro y precisa que "se necesita un cambio metodológico que estimule a los alumnos a pensar. Así pues, dentro de las áreas de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, precisaremos de una metodología activa y manipulativa donde se inicie a los alumnos en el método científico a través de observaciones, relaciones, inferencias, análisis, comparaciones y otras habilidades científicas y de investigación que a su vez estimulan el desarrollo del pensamiento crítico. Trabajar con los niños de Primaria, a través de proyectos, experiencias e indagaciones, puede ser una forma de manipular, tocar, vivenciar, medir, observar y otras tantas acciones que pueden consolidar su propio aprendizaje".


Aprender en lengua extranjera


En 2003, la Comisión Europea ya recomendó el aprendizaje integrado de contenido y lengua extranjera, como un método innovador para impulsar la calidad de la enseñanza– aprendizaje de lenguas. "Esta metodología pone el énfasis en el contenido, impartido en una lengua distinta a la materna", apunta Belén, que insiste en que "estamos ante un currículo centrado en las cuatro ‘ces’: contenidos –integrar contenidos y lenguaje–;cognición –estimular a los alumnos a través de la creatividad, habilidades de pensamiento...–;comunicación –utilizar el lenguaje para aprender y crear ideas, pensamientos y valores–; y cultura –interpretar y comprender el significado del contenido y de la lengua y su contribución a la identidad y la ciudadanía–".


Pensamiento crítico y creativo


Si tomamos como punto de partida el modelo de aprendizaje basado en el pensamiento –‘thinking based learning’–, desarrollado por Robert Swartz, las destrezas de pensamiento crítico y creativo se integran en la enseñanza de los contenidos de cualquier materia y curso escolar;es decir, aclara Belén: "El profesor enseña a sus alumnos a pensar y a aprender con destreza los conocimientos del área, aplicando técnicas y hábitos del pensamiento necesarios para desarrollar en el alumno esta capacidad. Un ejemplo de herramientas que se utilizan en este enfoque, son los denominados ‘graphic organizers’, organizadores visuales. Estos ayudan a organizar e integrar ideas, visualizar conceptos y retener la información cuando se trata de un pensamiento crítico. Son imprescindibles en el área de Ciencias para conectar ideas, establecer causa–efecto, comparar y contrastar, generar conclusiones o analizar problemas".


¿Y de cara al futuro... qué?


El año pasado la I Science Fair, que se celebró en el CEIPJosé Antonio Labordeta, fue provincial, este ha sido ya autonómica, pero "nos gustaría –señala Belén– que en próximas ediciones se apuntaran más colegios de Primaria y buscar continuidad con certámenes dirigidos a alumnos de Secundaria. Además, aprovechando la visita del director del Britis Council en España, hemos propuesto que se pudiera desarrollar a nivel nacional, implicando a otras CC. AA. Estos son los proyectos que nos hacen avanzar realmente en la educación bilingüe". Pero eso será ya de cara a un futuro próximo. De momento, este curso, ya hay tres ganadores, por este orden: los equipos de los CEIP José Antonio Labordeta, Ramón Sainz de Varanda y Montecanal. ¡Enhorabuena a todos!


Competencia lingüística


"Ser competente en una lengua –dice la profesora– supone dominar las cuatro destrezas básicas de dicha lengua: comprensión y expresión oral, escritura y lectura. El equilibrio entre estas cuatro actividades proporciona al niño una mayor adquisición de la lengua y fortalece su autoestima, su identidad y su desarrollo emocional. La participación en una feria de ciencias –y el trabajo previo en el aula– es una ocasión única para que los alumnos aprendan a desenvolverse en público y explicar y exponer sus experiencias e investigaciones con un pensamiento y lenguaje claro y ordenado. Una oportunidad para superar sus dificultades en las destrezas orales, sobre todo en la expresión; en definitiva, una mejora de la competencia lingüística en general".