Jesús Divassón, director general de trabajo de la DGA: "si la economía crece es normal que se traslade a los salarios"

Abogado de 43 años, reclama un cambio de mentalidad entre empresarios y trabajadores para que vean las relaciones laborales en el seno de la empresa no como un ámbito de confrontación sino de colaboración. Asimismo, advierte de que la creación de empleo va a ser lenta pese a la recuperación económica.

Jesús Divassón, funcionario de carrera del Cuerpo de Letrados de los Servicios Jurídicos del Gobierno de Aragón, fue nombrado en diciembre de 2011 director general de Trabajo y ha abogado siempre por el diálogo y al acuerdo.
Jesús Divassón, director general de trabajo de la DGA: "si la economía crece es normal que se traslade a los salarios"
Aránzazu Navarro

Al principio de la legislatura, decía que la prioridad era crear empleo. Al final de la misma, ¿piensa que se ha conseguido?

A nivel interno de la Administración tengo que decir que hemos hecho lo que hemos podido, no lo que hemos querido, es decir nos habría gustado hacer más cosas, pero la situación ha sido muy complicada. Yo no soy partidario de hacer más con menos sino que con menos hay que hacer cosas diferentes y en el departamento de empleo hemos estado muy involucrados en ayudar a las empresas de Aragón y el balance es positivo. Desde el punto de vista externo, dada la gravedad de la situación, en lo que nos hemos centrado ha sido en tratar de facilitar las cosas para que muchas de las empresas de Aragón sobrevivieran. Todos hemos ayudado en ello, los empresarios para tratar de mantener las empresas a flote y muchos trabajadores haciendo esfuerzos en materia salarial para mantener el empleo. Todavía la situación es difícil, ya dijimos que lo primero que había que hacer era frenar la destrucción de empleo. Eso ya ha ocurrido y se está creando algo de empleo, pero el mensaje realista en el que hemos insistido es en que el crecimiento de empleo va a ser lento.


Por lo menos, la fiebre de los ERE o expedientes de regulación de empleo ha remitido ¿no?

En 2015, pero ya en 2014, dejó de ser un instrumento de ajuste. Hemos pasado muchos años en los que las empresas han tenido muchas dificultades y utilizaban el expediente de regulación ya fuera temporal, y en muchos casos extintivo, como medida organizativa para salir adelante. Esto se ha acabado. Los ERE obedecen ya a su propia naturaleza excepcional y temporal y efectivamente han bajado del orden del 60% tanto en número de expedientes como de trabajadores afectados.


¿Qué papel ha jugado el SAMA en ese descenso de conflictos laborales?

Diría que el SAMA (Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje) representa el signo de identidad más característico de los aragoneses, que es la voluntad de pacto o el acuerdo, que incluso en despidos llega casi al 65%.


Hablando de acuerdos, ¿cree que serán capaces patronal y sindicatos de pactar un tercer Acuerdo de Negociación Colectiva?

He sido el director general de Trabajo que más ha hecho valer el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva al que se llegó en 2012 porque me parece importantísimo que las relaciones laborales en este país se rijan por el acuerdo de voluntades de la representación de los empresarios y de la de los trabajadores. Es fundamental que haya un tercer Acuerdo. Hace falta un cambio de mentalidad porque en muchas empresas todavía se conciben las relaciones laborales como un espacio de confrontación y no de colaboración. En algunas otras no y así van de bien. El empresario que considere que puede utilizar el convenio para hacer ajustes organizativos en su empresa a base de bajar los salarios a sus trabajadores está condenada a tener un modelo de negocio con mucho riesgo y también al contrario: los trabajadores que no asuman que no hay condiciones laborales permanentes y adquiridas, tienen el serio riesgo de perder su trabajo en el futuro.


¿Es partidario entonces de que los salarios suban al menos el 1% en el tercer Acuerdo de Negociación Colectiva?

A ver, hay que ser responsables. Lo más importante es que los salarios y también los beneficios empresariales estén ligados a la productividad de la empresa. Lo que no podemos negar es que la economía crece y que eso tiene que trasladarse a los salarios. Una empresa no puede pensar en ganar en productividad bajando constantemente el salario de sus trabajadores cuando hay dificultades. Eso no es bueno. Y dado que estamos en un momento en el que determinados sectores y empresas se ha mejorado la situación, es normal que se traslade a los salarios de los trabajadores.


¿Cree que habría que darle otra vuelta a la reforma laboral?

Somos un país de extremos. Algunos dicen que ha sido un éxito y otros un fracaso. A mi hablar en estos términos me parece inútil. Necesitamos un modelo de relaciones laborales equilibrados. Y en los pilares de la reforma laboral de 2012 que fueron la flexibilidad y la descentralización de la negociación colectiva muchos están de acuerdo. Entonces, el empresario no puede pensar que la flexibilidad es siempre bajar salarios y el trabajador tampoco puede pensar que las condiciones laborales adquiridas son inalterables a lo largo del tiempo. Por eso insisto en los mensajes bidireccionales y en la necesidad de un cambio de mentalidad.


Y qué me dice del despido, ¿fue equilibrado su abaratamiento?

Sí es verdad que la reforma laboral abarató el despido, pero seguimos teniendo uno de los despidos más altos de la Unión Europea, pese a que se bajó de los 45 a los 33 días. Hay que recordar que en este país el despido sigue siendo causal. Eso no se ha llegado a perder. Hay otros países de la UE donde el despido no tiene causa ninguna.


¿No le parece arriesgada la venta de los servicios de prevención de las mutuas?

Nos sigue faltando en España cultura preventiva. En general, las empresas en Aragón no tienen interiorizado que la prevención de riesgos laborales es un elemento estratégico del negocio. Sobre todo a la pyme le queda mucho camino por recorrer. Máxime cuando los datos de siniestralidad laboral del primer trimestre de 2015 con un aumento del 20% son preocupantes. Vamos a tener que intensificar los controles y la vigilancia. Con respecto a la ley de mutuas, se ha adoptado una solución con poco consenso y espero que la venta de los servicios de prevención de las mutuas no tenga repercusiones en el futuro y que los nuevos propietarios no lo gestionen desde un punto de vista meramente economicista.