"Los planes contra la despoblación llegan tarde para muchos pueblos"

Luis del Romero I geógrafo I Autor de un catálogo de núcleos abandonados que tiende a ampliarse

Luis del Romero, en una reciente visita al Maestrazgo. a. garcía/bykofoto
Luis del Romero, en una reciente visita al Maestrazgo. a. garcía/bykofoto
a. garcía/bykofoto

¿Cómo repercute la crisis económica en la despoblación?

Ha agravado el problema, que no es exclusivo de Teruel sino que afecta a todas las áreas rurales del país. El descenso demográfico es el final de un proceso que arrancó con el bum económico basado en la construcción y el turismo, que atrajo a inmigrantes en situación precaria que se asentaron en pueblos y ahora se marchan.


¿Pueden desaparecer pueblos debido a este proceso?

Los inmigrantes rejuvenecieron la población rural. Ahora, al irse, el envejecimiento y la baja natalidad conducen a la desaparición de municipios enteros. Habrá abandono de pueblos, seguro.


¿Cuántos pueblos peligran a corto plazo en la provincia?

Siendo conservador, en la próxima década al menos una docena larga se despoblarán. Probablemente, se convertirán en núcleos de segunda residencia. No creo que se repita el abandono total de los años sesenta con el consiguiente hundimiento de casas.

¿Cuántos pueblos se han abandonado en Teruel en el periodo que usted ha estudiado –desde la Guerra Civil hasta el presente–?

Treinta.


¿En qué comarcas se ceba la despoblación?

Las de montaña son las que peor lo tienen, como la sierra de Albarracín, Teruel, Gúdar-Javalambre y el interior del Jiloca.


¿Existen soluciones para frenar este problema?

Hay que tener claro que no toda la provincia puede vivir del turismo. Creo que el proceso es reversible pero debe haber autocrítica con lo que se ha hecho hasta ahora con el dinero público. Si queremos afrontar la emergencia demográfica del medio rural, debe haber una política de vivienda para atraer población, porque más vale un pueblo de fin de semana que un conjunto de ruinas. Debe hacerse inventario de las viviendas disponibles que puedan pasar a manos de la Administración para ofrecerlas a buen precio a gente joven. El Estado debería subvencionar pequeñas iniciativas impulsadas por jóvenes o las explotaciones que combinan ganadería y agricultura a pequeña escala.


¿Qué errores se han cometido en la lucha contra la despoblación?

Hay demasiada obsesión con las grandes infraestructuras y equipamientos, que no son siempre eficaces para asentar población, sobre todo si comparamos costes con resultados. La autovía Mudéjar, por ejemplo, vertebra el territorio pero los pueblos que están junto a ella no han crecido. Por otro lado, ¿cuántos polideportivos o pabellones hay en pueblos que se utilizan dos fines de semana al año o cuántos polígonos industriales abandonados? Hacen falta iniciativas dispersas por el territorio en lugar de una gran actuación en la capital comarcal. Son más eficaces las pymes, las cooperativas o los autónomos, gente que quiere emprender un negocio y que se tropieza con excesivas trabas burocráticas.


¿Qué opina de las recientes conclusiones de la comisión especial del Senado sobre despoblación, que incluyen, entre otras medidas, un trato fiscal preferente para las áreas rurales?

Es una buena noticia que, por primera vez, el Senado haya abordado este problema con conclusiones compartidas por todos. Pero lo malo es que ante una situación de emergencia demográfica, las medidas planteadas requieren de más concreción y de una rápida aplicación porque, si no, cuando se apliquen muchos pueblos ya habrán desaparecido. Las reformas fiscales, por ejemplo, se podrían aplicar de inmediato


¿Cuál es el umbral de población de no retorno para un municipio?

Es una cifra variable, pero por debajo de 50 habitantes es difícil asegurar la continuidad, aunque hay pueblos que con menos población, si hay un negocio abierto o una cooperativa, aseguran la supervivencia. Más que una línea roja por número de habitantes se debe hablar de actividad socioeconómica, y hay dos elementos principales, la escuela y un bar o centro social. Cuando ambos desaparecen, un pueblo está en situación muy delicada.


¿Le parece una buena idea la Inversión Territorial Integrada (ITI) que planea el Gobierno aragonés para captar fondos europeos contra la despoblación?

Me temo que responda a políticas propias de antes de la crisis. ¡Ya está bien de construir cosas en una provincia que tiene miles de casas, campos e industrias abandonadas! Mejor sería rehabilitar, modernizar y aprovechar los equipamientos ya existentes. Somos el único país de Europa que por cada pista de esquí construye doscientas viviendas. El medio rural europeo no vive de la construcción, sino de la actividad industrial, agrícola y turística. Son actividades que, generalmente, no precisan de grandes infraestructuras, sino de una política fiscal más justa y muchas actuaciones pequeñas y dispersas. Me temo que la ITI va encaminada otra vez a los grandes proyectos. Hace falta una estrategia estatal porque los ayuntamientos están muy solos frente al problema.


¿Qué opina de las propuestas de fusionar ayuntamientos o disolver las comarcas para reordenar la administración local?

Tiene lógica agrupar servicios municipales que no se pueden prestar por separado. Casi es una obligación en muchos casos, pero creo que es muy peligroso que esa agrupación de servicios comporte la desaparición de ayuntamientos, porque eso ataca el sentimiento de identidad y de pertenencia a un municipio. Las fusiones de ayuntamientos de los sesenta y setenta han agravado la despoblación de los núcleos absorbidos en favor de la nueva cabecera municipal. Puede haber casos desesperados de pueblos con tres o cuatro vecinos que obliguen a la fusión, pero es una solución extrema.


¿Cómo se puede evitar el elevado porcentaje de fracasos en la captación de nuevos pobladores?

Se debe explicar mejor qué es el medio rural, porque la gente de la ciudad no lo conoce. Durante demasiados años ha habido una política equivocada de dar trabajo y casa solo por ir a vivir a un pueblo y eso atrae a gentes de ciudad en situación desesperada. Si en la ciudad, donde están tus raíces, estás desesperado, la situación se agravará en un pueblo que desconoces. Hay mucha gente que no se siente atraída por el pueblo sino que huye de la ciudad, que es distinto.


¿Es posible repoblar un núcleo que ha quedado deshabitado?

Sí, es viable, pero hay que priorizar los pueblos que aun conservan vecinos y servicios, para evitar se cierren. Es posible porque hay pueblos que tienen recursos, incluidos cultivos y casas en buen estado, que pueden recuperarse.