Navarro: geometría, color, ironía

El escultor turolense resume casi medio siglo de creación en la Lonja.

Fernando Navarro ofrece una exposición llena de ingenio, de inventiva, de juego y de color.
Navarro: geometría, color, ironía
José Miguel Marco

Sentimiento e intelecto se funden en la exposición que repasa la trayectoria artística de Fernando Navarro (Andorra, Teruel, 1944) en La Lonja de Zaragoza.

Un espacio en el que la escultura entreteje una geometría que provoca sensaciones visuales directas. Con rigurosidad, ironía y un singular punto de acidez lúdica, el autor reformula el constructivismo a través de un alfabeto que tiene su nomenclatura principal en planchas de acero, la proyección de la línea en el espacio, los colores puros y un estudiado grado de inflexión del equilibrio.


Con un planteamiento cronológico, desde las primeras obras se denota un dominio de los materiales y una sólida formación en cuanto a procedimientos industriales. Volúmenes cúbicos como ‘Cabeza herida’ de 1974 en la que están presentes los fundamentos modulares que posteriormente irá desarrollando. La utilización del acero como material establecido, los huecos que se convertirán en cilindros y los cordones de soldadura que dejarán paso a tornillos pasadores. Una época en la que el atrevimiento fraguaba la experimentación. En 1975 constituye junto al pintor Antonio de la Iglesia y el fotógrafo Luis Pomarón, el Grupo LT. De ese mismo año data la obra ‘Taza de chocolate’ en la que el collage adquiere cuerpo dadaísta. Una forma de expresión que adquirirá singularidad propia como pudo verse en su exposición ‘Otros espacios’ de 1997 en las salas del Torreón Fortea.


A finales de la década de los setenta la escultura de Fernando Navarro se aligera. Desaparecen los bloques y amanecen los perfiles modulares. Chapas metálicas que delimitan planos poligonales. Un factor que restituye en la escultura la función de la proyección geométrica en el espacio, como en ‘Composición tricolor’ de 1982. Las formas remachadas se pliegan en una concatenación cromática. Primero aparecen el rojo y el negro al que se sumarán el azul y el amarillo y, posteriormente el verde. También se inicia el concepto de seriación reflejado en ‘Oscilaciones’ (1979) que después será desarrollado con mayor intensidad. Una etapa en la que ya quedan establecidas las coordenadas constructivistas que definen la evolución en su trayectoria, en la que las formas realizadas con total precisión, contienen la fuerza de la intuición representativa. Aparece la dinámica espacial de ritmos combinados y un elemento nuevo como es la esfera que concretará la esencia de las fuerzas en tensión como ejemplifica Jugada de gol de 1985. En la obra de Fernando Navarro subsiste el espíritu de la Bauhaus en el que el criterio de "escultura esculpida" es sustituido por el de "escultura compuesta o construida". Para Moholy Nagy "la mecanización de la técnica no pone en peligro la creatividad esencial del arte".


A finales de los años ochenta los volúmenes se reordenan y participan de una distribución conceptual minimalista, donde destaca el sentido ordenado de la seriación. La conjunción bicolor acentúa la simetría como ocurre en ‘Seis negras, Seis Blancas’ de 1989. Además de la utilización de la composición geminal como sintetiza la escultura fechada en el mismo año, Líneas perpendiculares. La escultura cada vez más objetual, deviene en la exposición hacia una fluida interlocución con el collage. Una práctica que Fernando Navarro trabaja más intensamente a partir de los años noventa, creando un lenguaje polisémico. La articulación de contenidos en una misma obra fuerza a la reflexión. La intelectualidad bascula con la crítica y la sagaz ironía. En ‘Siempre’ (2006), utiliza la fuerza de la geometría pura de Mondrian para destacar la intencionalidad del símbolo. En Aragón todo se justifica en cultura bajo el nombre de Goya, de ahí la imagen de la Duquesa de Alba, bajo la ventana palladiana y la palabra siempre. Es precisamente en los collages donde el artista trascribe sus querencias en la literatura, la sociedad, la historia y las vanguardias históricas La exposición se cierra, como en un bucle, con la obra ‘Arma Letal’ de 2014. De nuevo aparece el cubo que en este caso puede asirse por los dos tiradores de cristal, pero que lleva impresa la palabra danger.


Una exposición que es toda una sugerencia a la imaginación y al pensamiento, donde los planos geométricos se expanden en el espacio y el collage adquiere un estamento visual en el que la mordacidad despierta el entendimiento.