Hay citas que trascienden a su mera condición deportiva. Su repercusión es tan brutal que invade otros ámbitos, como el social, el económico o el mediático. El combate que el próximo sábado 2 de mayo enfrentará a Floyd Mayweather y a Manny Pacquiao en el casino MGM Grand de Las Vegas pertenece a esta categoría especial. Cuando ambos púgiles accedan a un ring que estará rodeado por celebridades, se habrá generado un negocio que encierra unas cifras impactantes.

Tanto el estadounidense como el filipino son los boxeadores más populares y temibles del nuevo milenio. El primero, de 38 años, acredita un expediente inmaculado –e intimidatorio–, con 47 triunfos en las 47 peleas que ha librado como profesional. 26 de las cuales se resolvieron por un contundente KO. Por su parte, el asiático, de 36 años, ha sido derrotado en cinco ocasiones en sus 64 incursiones en el cuadrilátero, pero sus hazañas y su talento forman parte de la historia de esta especialidad.

No es casualidad que Mayweather apareciera en la primera posición de los atletas mejor pagados en 2014 elaborada por Forbes. Sus 105 millones de dólares (98 millones de euros) superan ampliamente a los iconos que le siguen en esta selecta nómina: Cristiano Ronaldo (75 millones de euros), LeBron James (67 millones de euros) y Leo Messi (61 millones de euros). Con toda probabilidad, el púgil de Michigan volverá a golear en 2015 a sus ilustres competidores. El argumento que justifica esta afirmación son los 300 millones de dólares (280 millones de euros) que conforman la bolsa del evento y que se repartirán entre ambos contendientes. Será, de largo, la más generosa de la historia.

Un premio justificado por los ingresos que propiciará el duelo. Solo los derechos televisivos por cable a unos 4 millones de hogares estadounidenses supondrán una inyección de 360 millones de dólares (335 millones de euros). Deben sumarse los 35 millones de dólares (32 millones de euros) por las retransmisiones internacionales. La venta de las entradas a los espectadores ‘físicos’ añadirá 72 millones de dólares (67 millones de euros). El boleto más barato cuesta 1.500 dólares (1.400 euros) y el más caro, 7.500 dólares (7.000 euros). Por supuesto, habrá ‘sold out’. Finalmente, el ‘merchandising’ y los patrocinios pondrán la guinda con 13 millones de dólares (12 millones de euros).

Todos los detalles se están cuidando al máximo. El vencedor se llevará un cinturón elaborado con oro, plata y que está decorado con 3.017 esmeraldas. Fabricado por un equipo de 20 artesanos mexicanos, será un premio excepcional y único para el vencedor de una pelea que va camino de romper todo tipo de récords. Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), ha declinado especular sobre su coste al señalar que carece de un "valor material" y solo se puede obtener mediante la victoria en el cuadrilátero. Sin duda, una joya.