Quinientas familias contactan con una oenegé para recalar en pueblos aragoneses

Una cuarta parte de los nuevos pobladores que se instalan en el medio rural abandonan por distintas causas.

Manuel Blasco, José Listo, Carmen Pobo y Javier Gamón, durante la jornada.
Manuel Blasco, José Listo, Carmen Pobo y Javier Gamón, durante la jornada.
antonio garcía/bykofoto

Quinientas familias han contactado con la Asociación Contra la Despoblación del Medio Rural Aragonés en los últimos tres años en busca de un pueblo para vivir y ganarse la vida. La oenegé, que ayer organizó una Jornada Sobre la Lucha Contra la Despoblación en Miravete de la Sierra, señaló que 20 familias solicitantes se han instalado en Aragón, 12 de ellas en Teruel y 8 en Zaragoza. También se han producido dos asentamientos en la provincia de Guadalajara y uno en Soria.


La labor de la Asociación, que pone en contacto a familias que buscan un hogar en un pueblo con ayuntamientos que necesitan nuevos pobladores para frenar la desertización, se dio a conocer en la jornada de debate celebrada en Miravete, la minúscula población del Maestrazgo que saltó a la fama gracias a la exitosa campaña publicitaria ‘El pueblo en el que nunca pasa nada’, lanzada por la agencia Shackleton en 2008 y que dio la vuelta al mundo.


El presidente de la Asociación contra la Despoblación, Javier Pérez, explicó que su iniciativa surgió del medio urbano. "Somos hijos de personas que emigraron de pueblos a ciudades y veíamos al regresar al medio rural que no había gente y que las tiendas y los bares cerraban". Pérez añadió que su objetivo es mantener a los jóvenes en los pueblos y atraer a residentes de medios urbanos. A su juicio, para que este proceso resulte exitoso es necesario un trabajo coordinado de la Administración, las oenegés y las empresas.


La mayor parte de las demandas de ayuda para iniciar una nueva vida en el medio rural parten de Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía, seguidas de Madrid y Zaragoza. El ritmo de llegada de solicitudes, estimulado por la crisis económica, ha decrecido en el último año. Según indicó Javier Pérez, la lenta mejoría de la situación económica ha frenado el interés por vivir en los pueblos. Pérez señaló que la llegada de nuevos pobladores no tiene por qué ser definitiva y se produce un índice de fracasos del 25% por falta de empleo o inadaptación al nuevo entorno.


El alcalde de Miravete, José Listo, dio la bienvenida a los participantes en la jornada con un discurso reivindicativo que reclamó ayudas de la Administración para afrontar una situación de despoblación "desesperada" en la localidad –con solo ocho residentes fijos– y en otras muchas de la provincia. Listo reclamó facilidades administrativas a la hora de iniciar proyectos en zonas rurales, una fiscalidad preferente y una interpretación de las leyes que tenga en cuenta los inconvenientes añadidos de la regresión demográfica. Lamentó que el medio rural haya pasado "de ser la España profunda a la España despoblada". Reclamó la mejora de las infraestructuras y las telecomunicaciones para una "reinvención" de la economía rural.


La presidenta de la DPT, Carmen Pobo, apoyó las demandas del alcalde y animó a superar la "negatividad", porque la provincia dispone de "muchos recursos naturales" que no se explotan debidamente. El senador Manuel Blasco reclamó acciones decididas porque, si no, iniciativas como la de ayer o como la campaña ‘Salvemos Teruel’, que en 1977 reunió en el pueblo a 4.000 personas, "no serán más que cantos de sirena".