Desapariciones
Muchas leyendas hablaban del desierto de Monegros como el lugar donde acababan refugiados todos aquellos escritores y artistas condenados al ostracismo por su incapacidad de producir obras de éxito.
Desaparecían misteriosamente, al parecer todos habían sido vistos por última vez acompañados por una cohorte de mancebos y damas de belleza deslumbrante.
Allí purgaban sus pecados en busca de remedio a la sequía de sus ideas. De noche, completamente desnudos, se bañaban en alguna de las balsas de agua salada, en busca de purgar sus pecados y purificar su alma.
Si no surtía efecto, el jurado supremo de los adoradores de las musas les acompañaba a alguno de los barrancos de la zona donde prestaban su último sacrificio, siendo arrojados al vacío, en honor a las musas inspiradoras.
Si después de la caída, sobrevivían, sabían que su nueva obra sería consumida vorazmente por espectadores desamparados. No se tenían noticias de ningún superviviente.