Somos y seremos

Palabras, palabras y más palabras. Insulsas, vacías y vanas desaparecen arrastradas por el aire. Ese aire del Moncayo o esa brisa de los Pirineos que siempre traen frío y nos hacen como somos. Porque hay que ser resistente para soportar año tras año ese viento que todo lo hiela y se mete por los rincones, pero no consigue enfriar el espíritu cabezudo que nos hace seguir adelante e intentarlo otro año más.

El viento viene y se va, nos enfría, derriba carteles, congela nuestras cosechas, nuestro buen humor, las barbacoas y las fiestas al aire libre. Pero aquí seguimos, esperando las lluvias, la sequía, las granizadas, las inundaciones, las avenidas y las rachas de suerte de la próxima estación. Esto no es ser tozudo, esto no es amor a la tierra, esto es algo más. Una tierra nunca olvidada por los que se fueron, siempre recordada por los que aquí vivieron y donde siguen quedando ilusiones aunque los tiempos sean duros y el futuro incierto. ESTO ES ARAGÓN.


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