Valeriano Gómez defiende consejos de empresas donde esté el trabajador

El exministro de Trabajo y exdiputado por el PSOE pone como ejemplo los Comités de Vigilancia de Alemania en compañías de más de 2.000 empleados.

Aunque España no es Alemania ni de lejos, el exministro de Trabajo que lleva actualmente el centro de estudios sociolaboral para la Fundación Ortega y Gasset, se mostró ayer favorable a que los trabajadores puedan formar parte de los consejos de administración de las empresas, no solo en las públicas como está recogido por ley desde 1984, sino en las privadas. Eso sí, dijo, "aquí debería ser en las empresas de más de 100 trabajadores" ya que el tejido industrial es muy diferente al de Alemania y puso como ejemplo "los Comités de Vigilancia, organismo para la toma de decisiones que tienen allí compañías que emplean a más de 2.000 operarios" como es el caso de Opel. "Sí, soy favorable a una mayor participación de los trabajadores en las empresas", respondió a la pregunta que le planteó uno de los asistentes a la conferencia ‘Qué ha cambiado en la política económica de la Unión Europea desde 2012’ que impartió ayer en la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza.


El economista defendió también fijar topes a las retribuciones de los directivos y en cuanto a si la evolución salarial del común de los trabajadores debe seguir ligada al IPC o a otras variables, dijo que el "IPC no es ahora el problema sino que tenemos un proceso de formación de precios que no es competitivo en España" y, por eso, se mostró partidario de sistemas como el sueco en que el alza de los salarios va ligada a la evolución anual del sector exportador. Aunque ya fuera de la política activa y sin olvidar su larga trayectoria en el PSOE, Valeriano Gómez aprovechó su conferencia para cargar contra la "propaganda del PP" que trata de atribuirse todos los méritos de que España se financie mejor en los mercados. "Hay quienes de forma miope consideran que esta recuperación se debe a sus reformas como es el Gobierno de España", dijo, sin entender que ha sido "la nueva política monetaria, la impulsada por Draghi al frente del BCE la responsable de que España se financie a unos tipos de interés extraordinariamente bajos, como nunca pensamos que se podían tener en 2012", dijo.


El exministro de Trabajo durante el Gobierno de Zapatero criticó los cuatro años de "ausencia de respuesta efectiva de las instituciones europeas" ante una crisis que "estaba desangrando" al Viejo Continente y reclamó a la Comisión Europea un mayor esfuerzo en política fiscal y un programa de inversiones que dinamice la economía y apueste de manera firme por la creación de empleo. "Aún le queda muchísimo por hacer", reconoció sobre todo en los países que más han sufrido, como España, Portugal, Irlanda o Italia, donde el paro juvenil llega al 40%. No obstante, no se mostró demasiado esperanzado. "Las perspectivas europeas no son nada halagüeñas" dijo, en el sentido de avanzar hacia una mayor unión en política fiscal que pudiera corregir los desequilibrios entre países del Norte y del Sur.


Por último, exhortó a "impedir por todos los medios que Grecia salga del euro" y a darle algo de oxígeno al país porque "si su economía no crece, no podrá pagar sus deudas".